MADRID, 15 Feb. (INFOSALUS) -
El cáncer en niños y adolescentes tiene una supervivencia elevada, cercana al 80 por ciento, pero en ocasiones el tratamiento habitual no funciona. En esos casos, la última alternativa está en participar en ensayos clínicos con terapias experimentales y España cada vez participa o lidera más investigaciones de este tipo, lo que evita que estos menores tengan que salir a otros países en busca de una solución.
Este lunes 15 de febrero se celebra el Día Internacional del Niño con Cáncer. Actualmente son pocos los hospitales que cuentan con unidades de investigación clínica para ensayos clínicos pediátricos: el Hospital Niño Jesús de Madrid, el Vall d'Hebrón y el San Joan de Deu en Barcelona o el Hospital La Fe de Valencia.
En el caso del Niño Jesús cuentan con el apoyo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), lo que en dos años ha permitido casi triplicar el número de ensayos clínicos abiertos para buscar nuevas terapias experimentales, de 9 en 2013 a 25 el año pasado, con un total de 40 pacientes incluidos.
Esto permite "cubrir la mayoría de cánceres infantiles", según explicaba hace un año Lucas Moreno, coordinador de la Unidad de Investigación Clínica del CNIO y el Niño Jesús, durante unas jornadas sobre medicina translacional y ensayos clínicos en cáncer pediátrico celebradas en dicho centro, lo que favorece que aquellos pacientes que no tengan un tratamiento disponible "no tengan que emprender viajes en busca de tratamientos a otros países".
De hecho, según añadía el jefe de Servicio de Onco-Hematología del Hospital Niño Jesús de Madrid, Luis Madero, gracias a este aumento de ensayos clínicos en su centro "raramente" hay pacientes que tengan que vayan a otros países en busca de una solución, y sólo sucede "porque van buscando una investigación que no está abierta en España, pero no en busca de una solución concreta".
"La gran mayoría de tratamientos experimentales, tanto de Europa como en Estados Unidos, comienzan a estar disponibles en España", ha insistido.
Los ensayos clínicos abiertos suelen probar la eficacia de tratamientos que ya han demostrado su eficacia en la población adulta, a pesar de que "el cáncer pediátrico es muy diferente al de adulto".
De este modo, se ha visto que hay algunos medicamentos contra el cáncer de pulmón que actúan inhibiendo una alteración específica que pueden ser útiles en algunos linfomas, sarcomas y neuroblastomas en niños en los que también está implicado el mismo mecanismo.
En otros casos se prueban terapias específicas para tumores pedíatricos. De hecho, en la unidad del CNIO y el Niño Jesús hay una línea de investigación abierta con un fármaco experimental específico contra el neuroblastoma infantil que ya ha demostrado su seguridad en pacientes con determinadas mutaciones genéticas y está más cerca de poder usarse en la práctica clínica.