MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los casos trastornos mentales comunes como la ansiedad y la depresión ha aumentado un 27% a nivel europeo, según ha dado a conocer el doctor Narcís Cardoner, psiquiatra en el Hospital Universitario Parc Taulí (Cataluña), quién ha aseverado que "se prevé que ese impacto continúe porque al malestar causado por las restricciones y la continua incertidumbre se les añaden todas las dificultades que vendrán del impacto económico de esta crisis sanitaria".
Cardoner, que ha dado a conocer estos datos durante la conferencia 'Depresión. Cambio en la concepción y el tratamiento' en el marco del XXX Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría que se celebra estos días en Vitoria, ha compartido los resultados de varios estudios que demuestran la creciente incidencia de la depresión en la población española después de la pandemia.
"Estamos hablando de una prevalencia entorno al 5%. La cifra se extiende hasta el 7%, teniendo en cuenta lo que denominan la prevalencia a lo largo de la vida: la probabilidad de que una persona tenga un episodio depresivo a lo largo de su vida. La prevalencia anual (ese 5%) es una cifra que se mantiene constante, lo que hace que la depresión sea una enfermedad muy común, que afecta a un porcentaje importantísimo de españoles y españolas, aunque el trastorno sea más prevalente, sobre todo, en jóvenes y mujeres", ha explicado.
Por su parte, el doctor Miquel Roca, coordinador del Area de Neurociencias del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS), ha afirmado que "el 25% de los casos de depresión que se diagnostican son cuadros crónicos, con los que los pacientes tienen que convivir durante largos años". Sin embargo, ha recalcado que estos pacientes pueden "convivir perfectamente" con la patología siguiendo una serie de recomendaciones y un tratamiento adecuado.
TRATAMIENTOS ESPECIALIZADOS PARA SUBTIPOS
Los profesionales han recordado "la importancia de seguir desarrollando tratamientos farmacológicos y psicoterápicos diferentes de los que se han desarrollado hasta ahora, los cuales han de ser específicos para cada tipo de paciente y su subgrupo de trastorno depresivo". Este enfoque servirá "para actuar sobre los diferentes componentes multifactoriales que condicionan la depresión, ya que en todos los pacientes, los factores son diferentes", según ha afirmado Roca, "incluso aunque la enfermedad se manifieste de un modo parecido".
El especialista, ha hecho hincapié en que "para desarrollar dichos tratamientos, es importante acotar los grandes cuadros como la depresión en formas que sean más homogéneas y, por tanto, los que se pueden estudiar mejor y homogeneizar no solo el diagnostico si no las respuestas al tratamiento".
"Los estudios de neurobiología y genética parecen poner a disposición buenos estudios de predictores de dichas respuestas individuales. Sin embargo, la diferenciación de los subgrupos depresivos es todavía una dificultad enorme, ya que no hay ninguna evidencia de que una prueba objetiva pueda establecer el diagnóstico de un subtipo depresivo determinado ni predecir su eventual evolución futura".
Pese a la importancia de la investigación y la creación de nuevos tratamientos, los ponentes también han matizado la trascendencia de desarrollar unas políticas preventivas efectivas. Según ha indicado Cardoner, "existen situaciones o entornos de riesgo, lugares donde se puede incidir con el objetivo de reducir el riesgo de desarrollar nuevos episodios o cuadros depresivos".