MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un medicamento de quimioterapia de primera línea administrado a pacientes con cáncer de páncreas se vuelve menos efectivo porque los compuestos similares liberados por las células inmunitarias asociadas al tumor bloquean la acción del medicamento, según una investigación dirigida por el Centro de Cáncer Rogel de la Universidad de Michigan.
El medicamento de quimioterapia gemcitabina es un antimetabolito. Es similar a los metabolitos normales captados por la célula, pero una vez dentro, mata a la célula interrumpiendo sus funciones, como un 'Caballo de Troya'. Según los investigadores, en el cáncer de páncreas, las células inmunes tumorales liberan metabolitos que son casi idénticos a la gemcitabina, y estos bloquean la actividad del fármaco en las células malignas.
Este descubrimiento, publicado recientemente en 'Cell Metabolism', podría usarse para predecir qué pacientes responderán a la terapia con gemcitabina, así como para arrojar luz sobre otros tipos de cáncer en los que las células inmunitarias pueden jugar un papel importante en la resistencia a la quimioterapia.
"¿Por qué la gemcitabina funciona bastante bien en algunos cánceres pero no en el cáncer de páncreas? Esa es la gran pregunta que mi laboratorio estaba tratando de responder", señala el autor principal del estudio, Costas Lyssiotis, profesor asistente de Fisiología Molecular e Integrativa en la UM Escuela de Medicina.
El cáncer de páncreas es uno de los tipos de cáncer más letales. Suele ser agresivo y no responde bien a los tratamientos tradicionales de quimioterapia y radiación. Y, aunque se han logrado avances en los últimos años, las tasas de supervivencia a cinco años siguen siendo de un solo dígito.
"Las células malignas a menudo solo constituyen alrededor del 10 por ciento de un tumor. El 90 por ciento restante son otros tipos de células que apoyan el crecimiento de ese tumor, como las células estructurales, la vasculatura y las células inmunes. Nuestro trabajo se ha centrado en la interacción entre las células malignas y las células inmunes", señala otro de los autores del estudio, Christopher J. Halbrook, un investigador postdoctoral en el laboratorio de Lyssiotis.
Los grandes contingentes de células inmunitarias conocidas como macrófagos se encuentran a menudo en el adenocarcinoma ductal pancreático, el tipo de cáncer pancreático más prevalente. Y aunque se sabía que los macrófagos evitaban la actividad de la quimioterapia con gemcitabina, no estaba claro exactamente cómo las células inmunitarias hacían esto.
¿POR QUÉ BLOQUEA LA ACTIVIDAD DEL FÁRMACO?
Lyssiotis y sus colaboradores en la UM y en Escocia investigaron la interacción entre células malignas y macrófagos asociados a tumores, encontrando que las células inmunes liberaron una gran cantidad de compuestos conocidos como pirimidinas, que son metabolizados por las células malignas.
Uno de estos compuestos, la desoxicitidina, tiene una estructura química que es muy similar a la gemcitabina y bloquea directamente la actividad del fármaco de quimioterapia en las células malignas.
"La desoxicitidina básicamente compite con la gemcitabina", explica Lyssiotis, quien añade que la razón fisiológica que subyace a la liberación de las pirimidinas por parte de las células inmunitarias todavía no está clara.
Después de agotar genética y farmacológicamente el número de macrófagos asociados a tumores en modelos de ratones, el equipo demostró que los tumores eran menos resistentes a la gemcitabina, lo que ofrecía una pista para hacer que los tumores de los pacientes respondan mejor a la quimioterapia.
Los investigadores también observaron los datos de pacientes con cáncer de páncreas y encontraron que los pacientes cuyos tumores tenían menos macrófagos habían respondido mejor al tratamiento.