MADRID 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El codirector del Área de Obesidad de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), Víctor Valentí, ha señalado que llevar a cabo un seguimiento prolongado de las personas con obesidad que se someten a una cirugía bariátrica resulta "clave" para asegurar que no recuperen el peso perdido, como evidencian varios estudios.
Según ha detallado el especialista en la víspera del Día Mundial de la Obesidad, el protocolo que sigue la CUN con estos pacientes ha conseguido buenos resultados en más del 70 por ciento de los casos intervenidos, una cifra que supera las 1.600 cirugías en los últimos 25 años.
El seguimiento comienza antes de la cirugía, cuando los especialistas realizan una evaluación psicológica, nutricional y endocrina para identificar posibles factores de riesgo antes de la intervención. Por su parte, los nutricionistas diseñan un plan adecuado a las características del paciente que debe seguir hasta la fecha de la intervención.
Después de la misma, el seguimiento se mantiene para garantizar la monitorización médica y nutricional adecuada y personalizada. En esta línea, la enfermera Elena Martín, del Área de Obesidad de la Clínica, ha apuntado que esta labor de adaptación de las indicaciones médicas y acompañamiento puede realizarse por vía telefónica o por correo electrónico, aunque es preferible que sea presencial.
Martín ha detallado que el objetivo de las consultas que se realizan durante el primer año tras la intervención es asegurar que mejoran los indicadores de comorbilidades asociadas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial o la insuficiencia cardiaca, a la vez que se confirman la pérdida de peso y el buen estado del paciente.
"A partir de los 12 meses después de la cirugía, lo ideal es que el paciente acuda como mínimo una vez al año a la consulta para confirmar que todo está bien o, en caso contrario, recibir ayuda ante cualquier circunstancia que surja", ha añadido.
MAYOR GARANTÍA DE RESULTADOS
Desde la Clínica Universidad de Navarra han apuntado que la cirugía es el tratamiento que ofrece "mayor garantía de resultados" a largo plazo para los pacientes con obesidad, ya que mejora su calidad de vida, disminuye los problemas de salud asociados y permite adquirir mejores hábitos alimentarios y saludables. Además, la tasa de complicaciones se sitúa en menos del dos por ciento.
Según el doctor Valentí, las dos técnicas quirúrgicas más utilizadas por su alta eficacia demostrada son el bypass gástrico y la gastrectomía tubular, que son mínimamente invasivas y permiten al paciente una recuperación rápida.
"Con el bypass gástrico creamos un reservorio en la parte superior del estómago que conectamos a una porción del intestino delgado. Por otro lado, la gastrectomía tubular nos permite reducir el estómago haciendo que el alimento ingerido y su absorción sean menores. La elección de una u otra técnica depende de las condiciones de cada paciente", ha explicado.
