MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una de las claves para comprender mejor la depresión es saber que "no existen dos depresiones iguales", asegura el coordinador nacional de la Fundación Asistencia Nacional para la Ayuda al Enfermo de Depresión (ANAED), José Ramón Pagés.
Por este mismo motivo, no siempre es fácil saber si un familiar o un amigo tiene depresión, ya que no basta solo con conocer los síntomas más comunes de esta enfermedad, que no suelen aparecer de la misma forma, "hay un tipo distinto de depresión por cada persona que la padece. Como múltiples pueden ser sus causas y muchos también sus síntomas", explica el especialista.
Con este objetivo nace la iniciativa artística 'DEXPRESIONISMO', que da voz a los afectados por depresión mediante la expresión de sus sentimientos y emociones, con el objetivo de que se liberen del estigma que hace que muchos pacientes no sepan cómo pedir ayuda ni cómo enfrentarse a la enfermedad.
El proyecto, impulsado por Cruz Roja Española y Laboratorios Servier, pretende utilizar el poder del arte como corriente para expresar lo que la depresión hace o ha hecho vivir a quien la sufre.
Para poder actuar, es importante conocer todas las señales de alarma que pueden avisar de que una persona querida está sufriendo depresión, un trastorno que hoy en día se puede tratar y curar, aunque en ocasiones resulte complicado.
LOS SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN
Los síntomas de la depresión se clasifican, fundamentalmente, en cuatro bloques que son los afectivos, psíquicos, físicos, y cognitivos. Según explica el patrono de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSIQ), Jerónimo Sainz, los más comunes son los síntomas afectivos, sobre todo, "la tristeza, considerada de una forma más profunda y más independiente, hasta cierto punto, de los acontecimientos externos; y la pérdida de ilusión y de placer por las cosas que antes gustaban".
Por otro lado, están los síntomas psíquicos. De entre los que destacan algunos como ansiedad (expresada en ocasiones como irritabilidad o mal humor), inhibición, desesperanza, pesimismo y el análisis negativo de la mayoría de las situaciones que se producen.
Después, están los síntomas físicos. Los más frecuentes son la pérdida de energía, fatiga, insomnio o pérdida de apetito. En algunas ocasiones también pueden aparecer dolores de cabeza o sensaciones de mareo. "Todos estos síntomas físicos hacen que muchas veces la persona los confunda con los de una enfermedad física y acuda buscando una exploración", apunta Sainz.
Por último están los síntomas cognitivos. "Aunque son menos apreciados, dificultan el día a día de las personas", afirma el experto, además, "perjudican el desempeño de algunas de las funciones mentales esenciales para la vida". Los más comunes son la perdida de atención y de memoria, falta de concentración y capacidad de organizar, planificar y tomar decisiones, lo que se denomina en psicología función ejecutiva.
¿CÓMO AYUDAR?
Una vez conocidos los síntomas, es importante ayudar a esa persona desde la compresión y la empatía. Dos de los atributos más importante a tener en cuenta para que esta ayuda sea eficaz es no juzgarla nunca y tener mucha paciencia.
La depresión, explica Pagés, es una enfermedad que "no comprende ni el que la padece", por ello "lo mejor para ayudar es poner la mente en blanco y escuchar". Acompañar a esa persona "para que se sienta cómoda y pueda desahogarse, haciéndole ver que es una enfermedad más, tan importante como las demás y que por ello hay que acudir al especialista", añade.
Para concluir, es imprescindible ayudar a que esa persona cumpla con la medicación o con la terapia psicológica que siga. "Igual que cualquier otra enfermedad, para curarse es fundamental seguir el tratamiento" de lo contrario, "jamás resolveremos el problema" asevera. Igual de importante es acompañarle "para evitar el abandono", concluye Pagés.