Un compuesto de una planta de Brasil actúa contra el parásito causante de la leishmaniasis visceral

Archivo - Imagen de archivo de un mosquito. - ANECPLA - ARCHIVO

MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un compuesto derivado de la 'Nectandra leucantha', árbol originario del sur de Brasil, también llamado canela seca o canela blanca, podría utilizarse para tratar la leishmaniasis visceral, una enfermedad tropical desatendida asociada a la pobreza, la malnutrición, las viviendas precarias y la falta de saneamiento básico.

La enfermedad es casi siempre mortal si no se trata. La mayoría de los casos se dan en Brasil, África oriental e India, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula que cada año se producen entre 50.000 y 90.000 nuevos casos y entre 20.000 y 50.000 muertes en todo el mundo, y que sólo entre el 25 y el 45 por ciento de los casos se notifican a la OMS.

La enfermedad está causada por un parásito protozoario transmitido por la picadura de un mosquito, y se caracteriza por largos episodios de fiebre, pérdida de peso y fuerza muscular, agrandamiento del bazo y el hígado, y anemia.

Ahora, un artículo de investigadores afiliados a instituciones de Brasil, Reino Unido y Portugal, publicado en la revista 'Antimicrobial Agents and Chemotherapy', informa de los resultados de un estudio que demuestra que la sustancia mata selectivamente (es decir, sin afectar a las células del huésped) a la 'Leishmania infantum', el parásito que causa la enfermedad.

OBTUVIERON UNA SUSTANCIA QUE PROVOCABA UN COLAPSO IRREVERSIBLE EN EL PARÁSITO

El primer paso del estudio, que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP), fue la síntesis de un compuesto similar al dehidrodieugenol B, un neolignano que se encuentra de forma natural en 'N. leucantha' y que fue aislado originalmente por João Lago, profesor titular de la Universidad Federal del ABC (UFABC) en el estado de São Paulo, Brasil. La síntesis corrió a cargo de Edward Anderson, profesor de química orgánica de la Universidad de Oxford (Reino Unido).

"Utilizamos esta sustancia como prototipo, un modelo a partir del cual pudimos diseñar versiones novedosas de la molécula, con pequeñas variaciones estructurales, y probarlas una a una sobre el parásito 'in vitro' con el objetivo de optimizar su acción", ha explicado André Gustavo Tempone, investigador principal del estudio e investigador del Laboratorio de Fisiopatología del Instituto Butantan de Brasil.

De este modo, los investigadores obtuvieron una molécula cuatro veces más potente que el prototipo. Sin embargo, las pruebas 'in vivo' con animales fueron decepcionantes porque el compuesto optimizado circuló en el organismo de los roedores durante menos de diez minutos, y el estudio no pudo avanzar.

"El hecho de que la sustancia circulara durante tan poco tiempo en el organismo de las ratas sugería que las siguientes fases de la investigación fracasarían. Estaba claro que la sustancia no produciría los resultados esperados", ha afirmado Tempone.

El equipo se centró entonces en la optimización adicional de la molécula con el objetivo de mejorar su biodisponibilidad para que permaneciera más tiempo en el organismo del animal. Tras varios procesos de optimización química realizados 'in vitro' en colaboración con Maiara Amaral, una estudiante de Tempone que realizaba prácticas en la Universidad de Oxford y utilizó el proyecto como tesis doctoral, llegaron a una molécula más potente cuya semivida plasmática media alcanzaba las 21 horas.

Los estudios farmacocinéticos que medían el tiempo necesario para que la sustancia se absorbiera, distribuyera, metabolizara y excretara demostraron que circulaba por el organismo de la rata durante un periodo 100 veces superior al observado inicialmente.

Basándose en el análisis 'in vitro', los investigadores concluyeron que la nueva sustancia era más potente para combatir 'L. infantum' y que no dañaba las células del huésped. También investigaron su mecanismo de acción, demostrando que provocaba un colapso irreversible del mecanismo energético del parásito (ATP) debido a un aumento del calcio, al tiempo que reducía la inflamación de las células del huésped, un factor clave en el tratamiento de la leishmaniasis visceral.

"LAS GRANDES EMPRESAS FARMACÉUTICAS NO ESTÁN INTERESADAS"

Con estos buenos resultados a sus espaldas, los científicos planean avanzar más en los ensayos con animales. "Tenemos que analizar la acción del compuesto en roedores con leishmaniasis para evaluar su eficacia y las dosis necesarias para el tratamiento", explica Tempone.

Su objetivo a largo plazo es utilizar el compuesto para producir medicamentos contra la leishmaniasis visceral, pero aún queda mucho trabajo por hacer para conseguirlo. Como ha recordado Tempone, los nuevos medicamentos tardan unos 15 años en salir al mercado, y el proceso de desarrollo implica pruebas y ensayos rigurosos para garantizar que el principio activo es totalmente seguro antes de que puedan aprobarse los ensayos clínicos con humanos.

Para Tempone, esta investigación es extremadamente importante, ya que asegura que "las grandes empresas farmacéuticas no están interesadas en desarrollar fármacos para enfermedades desatendidas como la leishmaniasis visceral".

"Brasil tiene una de las biodiversidades más destacadas del mundo y una enorme abundancia de estructuras químicas disponibles que pueden copiarse y utilizarse en medicamentos. Si no invertimos en combatir esta enfermedad, los países ricos donde no es endémica no lo harán", ha finalizado el investigador.