MADRID, 27 Dic. (EDIZIONES) -
Por definición la electromedicina es la especialidad de las Ciencias de la Salud que analiza el cuidado de la salud, desde el punto de vista de las Tecnologías sanitarias, aunque en realidad va un poco más allá.
Según explica en una entrevista con Infosalus el presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica, el doctor Antonio M. Ojeda Cruz, los profesionales de la Electromedicina están especializados en gestionar y en facilitar cualquier problema relacionado con la tecnología médica, y en todo su ciclo de vida.
"Esto es desde que se planifica su adquisición, analizando y adaptando la infraestructura necesaria para su instalación, como en la validación, en la comprobación de que dicha tecnología funciona acorde a los requerimientos de diseño, en el mantenimiento y en su retirada al final de su vida útil", detalla el experto.
A su vez, indica que el profesional de la Electromedicina e Ingeniería Clínica es aquel "gran desconocido" que aparece cuando un equipo médico tiene problemas y afecta a la actividad asistencial y, por ende, a la atención sobre un paciente.
"Cuando hablamos de profesionales en el ámbito de la electromedicina referenciamos personal técnico especializado, desde ingenieros hasta personal técnico que cumplen funciones muy diversas. Un centro sanitario de tercer nivel, en donde se atienden problemas de salud que requieren de un mayor conocimiento o de tecnología específica, con desempeño de docencia y de investigación, puede disponer de más de 15.000 equipos y dispositivos electromédicos", sostiene.
Así, el también jefe de Servicio de Electromedicina e Ingeniería Clínica del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil de Canarias subraya que los servicios de Electromedicinae Ingeniería Clínica son los "responsables" de gestionar y de mantener operativos los equipos sanitarios, con la finalidad de garantizar la prestación de la actividad asistencial.
¿LA ELECTROMEDICINA, FUTURO DE LOS SERVICIOS DE SALUD?
A juicio del presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica, el doctor Antonio M. Ojeda Cruz, la electromedicina representa también el futuro de los servicios de salud.
En otros argumentos se apoya en la evolución tecnológica que está teniendo lugar en el ámbito de la salud y que ha ido acompañada de grandes innovaciones técnicas. "Estos cambios los asumimos como normales; y todo ello sin perder de vista el que debemos aprender a adaptarnos a los mismos. El uso de tecnologías de alta precisión está cada vez más extendida e integrada con los sistemas de información. La digitalización, ya en nuestras vidas, ha cambiado todos estos procesos mejorando la atención sanitaria y los resultados en salud", aprecia.
En la actualidad, en su opinión bastaría con echar un vistazo a nuestro alrededor, dado que ya compartimos experiencias como la tele-consulta, la telemedicina, con diagnósticos más precisos, la tele-monitorización a través de dispositivos móviles, equipos que recogen parámetros del paciente y ofrecen opciones de tratamiento, camas inteligentes con sensores biométricos del paciente y un largo etcétera; todas ellas opciones en las que se generan una inmensa cantidad de datos que pueden convertirse en información útil para la ayuda en la prevención y a la hora de realizar un diagnóstico.
"Todo ello sin obviar la necesidad de aprendizaje sobre nuevos materiales, la inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías, ya desembarcadas como la impresión 3D para ayudar en el abordaje de intervenciones complejas, en la fabricación de órganos y de tejidos, de modelos anatómicos, acercándonos a un mercado personalizado y con grandes expectativas. En todo ello, el profesional de la electromedicina e ingeniería clínica es clave para su desarrollo", sentencia el experto.
LA PANDEMIA TAMBIÉN LES HA AFECTADO
"Cualquier sistema sanitario depende de la aptitud y de la actitud de sus profesionales. Nuestra sanidad dispone de un alto nivel de conocimiento y de una gran disposición para abordar situaciones críticas como las que hemos sufrido en los últimos tiempos. La Electromedicina e Ingeniería Clínica, al igual que el resto de los profesionales sanitarios, ha sufrido una gran presión debido a que la denominada 'primera ola de COVID-19' desbordó cualquier previsión de demanda, provocando la necesidad de un funcionamiento ajeno a lo que pudiera entenderse como normal", aprecia el doctor Ojeda.
Si entendemos que la actividad asistencial y los procesos hospitalarios están diseñados para atender una demanda media y en entornos previsiblemente planificados, el ingente ingreso del número de pacientes a lo largo de la pandemia, según prosigue, ha provocado una situación de "gran tensión" en todo el sistema sanitario.
"Este incremento de pacientes demandó habilitar nuevos espacios de atención en áreas críticas (UCI, urgencias, hospitalización) que requirieron dotarse de recursos para poder atender la desbordante demanda solicitada", indica.
Con ello, el presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica sostiene que todo equipamiento precisó de un montaje, de una adaptación a la infraestructura disponible, así como de un "esfuerzo titánico", compartido entre los proveedores y el personal de los servicios de electromedicina e Ingeniería clínica, en la que los equipos e instalaciones fueron llevados "al límite de su funcionamiento", por la alta demanda y el tener que cubrir todas las necesidades.
"Los procesos de trabajo tanto en ingeniería, como en la planificación y en la gestión de los recursos, tuvieron que ser modificados, para promover acciones ágiles. El concepto de una atención 24x7, es decir 24 horas de atención los 7 días de la semana, formó parte de nuestra rutina diaria y de la que a día de hoy lo mostramos como una identidad de compromiso en nuestros servicios de salud", afirma el doctor Ojeda.
También dice que se trabajó de forma colaborativa con el personal asistencial para dar soporte técnico de formación, con el nuevo equipamiento en su puesta en marcha: "La diversidad tecnológica del momento obligó a asumir nuevo equipamiento sobre los que la adaptación a las infraestructuras existentes era una realidad, como lo fue la necesidad de formación y el recordatorio ante la movilidad y los cambios de turno en esos periodos".
Asimismo, destaca el trabajo colaborativo de todos los profesionales del sector de las tecnologías sanitarias en la búsqueda de soluciones para poder estar a la altura de la demanda realizada a nivel tecnológico para afrontar esta pandemia.
