MADRID 30 May. (EUROPA PRESS) -
El Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN) alerta de que el consumo de bebidas energéticas --aquellas con alto contenido en cafeína y otras sustancias estimulantes-- puede ocasionar efectos negativos sobre la salud a corto y medio plazo, especialmente entre los niños y jóvenes, en una época del año en que su consumo se ve aumentado en este grupo de población con el propósito de "mejorar la concentración" ante la época de exámenes finales o pruebas de acceso a estudios.
Las bebidas energéticas son aquellas que contienen diversas combinaciones de vitaminas, minerales y sustancias estimulantes como una alta dosis de cafeína (hasta 275 mg por cada envase), extractos de plantas como ginseng o guaraná, además de otros compuestos como la taurina, carnitina, inositol o glocuronolactona "y de una importante cantidad de azúcares añadidos", advierten estos expertos.
Así, los nutricionistas estacan que este tipo de bebidas "proclaman" combatir el cansancio y la fatiga, mantenerse despierto y activo, y aumentar el rendimiento físico y mental.
"Actualmente, son tendencia entre los jóvenes por su facilidad de acceso, disponibilidad, precio y por las agresivas campañas de marketing que se han desarrollado en torno a ellas en los últimos tiempos", han alertado. De hecho, el estudio ETUDES sobre uso de drogas en jóvenes muestra una tendencia creciente en su consumo entre este grupo de población desde 2014 a 2023, pasando del 49,7 al 54,4 por ciento en hombres y del 31,4 al 40,7 por ciento en mujeres.
El dietista-nutricionista y presidente del CGCODN, Manuel Moñino, advierte de que la ingesta de bebidas energéticas impacta negativamente en la salud, "ya que altera el patrón de sueño y puede generar ansiedad, hipocondría, insomnio, cefalea, depresión, entre otras afectaciones".
Además, señala que "a medio y largo plazo, su consumo habitual incrementa el riesgo de daño cardiovascular, hematológico, neurológico y psicocomportamental, sin olvidar que la significativa cantidad de azúcares añadidos que contienen se asocia a mayor riesgo de obesidad y otras enfermedades crónicas".
Un efecto especialmente preocupante es que provocan una "dependencia física moderada y una mayor tolerancia a la cafeína, que hace que cada vez se necesite más cantidad de esta sustancia para tener un efecto perceptible, creando síndrome de abstinencia y, por lo tanto, dependencia y adicción".
Ya en 2009 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) las consideró un riesgo emergente, y más del 50 por ciento de los jóvenes declaró tomarlas con regularidad. También el Ministerio de Sanidad y la Asociación Española de Pediatría desaconsejan el consumo de este tipo de bebidas estimulantes en niños y adolescentes, al considerarlas perjudiciales para la salud.
¿SON REALMENTE EFECTIVAS PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO?
Sobre si son realmente efectivas para mejorar el rendimiento, la EFSA niega efectos positivos asociados a este tipo de bebidas y a uno de sus ingredientes principales, la taurina. Tampoco existe evidencia científica sólida sobre el consumo de ginseng, el guaraná o la L-carnitina en la mejora del cansancio, la capacidad cognitiva o la resistencia física.
"Es capital evitar la exposición de niños y adolescentes a estas bebidas", explica Moñino. En algunas CCAA, como Galicia, ya ha legislado sobre ello.
Desde el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionista de Galicia (Codinugal), su presidenta y vicepresidenta 2ª del CGCODN, Uxía Rodríguez, comenta que "esta legislación es un paso crucial para proteger la salud de los jóvenes, evitando estos productos que pueden tener efectos adversos graves". "La normativa gallega es un ejemplo a seguir a nivel nacional", ha dicho.
El Consejo General de Dietistas-Nutricionistas exige también una regulación de la exposición de menores y jóvenes al marketing y la publicidad de este tipo de productos, así como un aumento en el precio.
Para mejorar los resultados en los estudios sin necesidad de recurrir a sustancias estimulantes, desde el CGCODN aconsejan establecer una buena rutina de estudio, un descanso adecuado y de calidad, la práctica regular de actividad física, seguir un patrón de alimentación saludable, la reducción del ocio sedentario (pantallas) y una cultura saludable en casa, siendo la familia también ejemplo en este sentido y educando en alimentación y salud, para que desde pequeños sean sensibles a las consecuencias para su salud física y mental.