MADRID, 5 Dic. (EDIZIONES) -
Estamos asistiendo con la llegada del frío a un repunte de casos de infección de COVID-19. Prácticamente el 90% de la población española está vacunada, y los casos que se están registrando apenas están en las UCI, donde sobre todo hay personas que no se han vacunado.
Por ello, y dado que esta infección respiratoria es bastante probable que la pasemos en casa es importante saber cuál es el botiquín con el que debemos contar en caso de contraer la enfermedad.
Entrevistamos en Infosalus al doctor Emilio Fajardo, médico internista y coordinador del área médica del Hospital Vithas Granada, quien recuerda en este sentido que los síntomas más frecuentes en el caso de infección del coronavirus por SARS-CoV-2 son la tos seca, fiebre alta de más de 38 grados, sensación de cansancio, y cierta dificultad para respirar.
Para tratar estos síntomas dice que el botiquín COVID-19 debe disponer en primer lugar de un termómetro, para poder medir la temperatura; así como de antitusígenos para paliar la tos (que debe acompañarse de una buena hidratación).
"Los descongestivos nasales, y suero para lavados tanto oculares como nasales también pueden ser útiles en este caso. Es bueno contar además con suero oral para hidratación en caso de diarreas. También debe incluir paracetamol como analgésico", asegura el especialista.
Por otro lado el doctor Fajardo ve importante que incluya ibuprofeno o algún otro antiinflamatorio, teniendo en cuenta que su administración no debe exceder los 3 gramos al día.
"Paracetamol y antiinflamatorio pueden servir para ayudar a mejorar el malestar general y la cefalea que a veces es muy intensa en la infección por COVID-19. Lógicamente este botiquín debe incluir además gel hidroalcohólico, mascarillas FFP2, y guantes de nitrilo, elementos necesarios para evitar contagios", prosigue el especialista de Vithas.
Asimismo, el médico internista y coordinador del área médica del Hospital Vithas Granada sostiene que es opcional disponer de un oxímetro, un aparato que sirve para medir la saturación de oxígeno. "Un nivel por debajo del 90% puede ser un criterio de alarma para acudir a urgencias", apostilla.
MEDIDAS EN ESTA ETAPA DE SEMI NORMALIDAD
Por otro lado, y ante el repunte de casos, en este escenario de semi-normalidad sin restricciones en las comunidades autónomas, el experto comenta cuáles deben ser las medidas a seguir en nuestro día a día de cara a evitar la infección.
"Teniendo en cuenta que la variante Delta, que es la predominante en este momento, es más contagiosa y que tiene como síntomas más frecuentes el dolor de cabeza y la secreción nasal que son más parecidos al resfriado común, podemos no ser conscientes de estar contagiados, por lo que debemos extremar las medidas de protección: usar mascarillas en espacios cerrados; lavado de manos frecuente y uso de gel hidroalcohólico; evitar tocarse ojos, nariz y boca después de tocar materiales que puedan contener gérmenes (pasamanos, barandillas, etc.); mantener la distancia de seguridad en lo posible; evitar aglomeraciones y sitios donde la gente no lleve mascarillas, y extremar el cuidado en espacios cerrados sin ventilación", detalla.
En su opinión es igualmente importante el recordar que estar vacunado no exime de poder contagiarse, ni de poder trasmitir la enfermedad: "No hay que olvidar que estando vacunado puedes enfermar, aunque lo normal es que la enfermedad sea más leve. Dependerá mucho del estado inmunitario de cada persona en ese momento. Por esto las personas con inmunodepresión son más susceptibles y precisan reforzar más sus dosis de vacunación".
DIFERENCIARLO DE CATARROS Y DE LA GRIPE
Según recuerda el doctor Emilio Fajardo, la infección por COVID-19 es viral por lo que al principio tiene muchos síntomas comunes con el resfriado común, que lo provocan adenovirus y otros virus respiratorios; así como con el virus de la gripe, aunque podemos encontrar las siguientes diferencias:
Resfriado: los síntomas se presentan poco a poco, con congestión nasal, dolor de garganta y estornudos; no suele aparecer fiebre y la duración no es de más de 10 días.
Gripe: suele ir acompañada de fiebre, cansancio, tos y escalofríos y aparece de forma repentina; suele durar entre 7 y 14 días.
COVID-19: provoca tos seca, fiebre y falta de aire; igual que la gripe, produce dolor de garganta, cansancio y/o diarreas, siendo frecuente la pérdida de olfato y gusto; además estos síntomas aparecen de forma gradual, a diferencia de la gripe, pudiendo desarrollar casos graves como neumonías o Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS); la duración es variable pero suele ser más prolongada que la gripe o resfriado común.