MADRID 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El uso de pequeñas cantidades de miel de Manuka entre capas de malla quirúrgica actúa como un antibiótico natural que podría prevenir la infección después de una operación, según una nueva investigación publicada en la revista académica 'Frontiers in Bioengineering and Biotechnology'.
Las mallas se usan para ayudar a promover la curación de los tejidos blandos dentro del cuerpo después de una cirugía y son comunes en operaciones como la reparación de hernias, pero conllevan un mayor riesgo de infección ya que las bacterias pueden formar una biopelícula en la superficie de la malla.
Las infecciones de la piel y los tejidos blandos son las infecciones bacterianas más comunes, que representan alrededor del 10% de los ingresos hospitalarios, y una proporción significativa de estas son infecciones secundarias después de la cirugía.
Actualmente, cualquier infección se trata con antibióticos, pero la aparición de cepas resistentes a los antibióticos, o superbacterias, ha llevado a los científicos a buscar alternativas.
Un equipo internacional de científicos e ingenieros dirigido por el doctor Piergiorgio Gentile, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), y la doctora Elena Mancuso, en la Universidad de Ulster, ha demostrado que es posible crear un nanorevestimiento electrostático en la malla Intercalando ocho nanocapas de miel de Manuka (con una carga negativa) entre ocho capas de un polímero (con una carga positiva), que en el laboratorio inhibe las bacterias durante hasta tres semanas a medida que la miel se libera lentamente.
El doctor Gentile, autor principal e ingeniero biomédico de la Universidad de Newcastle, explica que "la malla se implanta dentro del cuerpo para proporcionar estabilidad mientras los tejidos internos sanan pero, desafortunadamente, también proporciona la superficie perfecta para que crezcan las bacterias y una vez que las bacterias forman una biopelícula en la superficie, es muy difícil tratar la infección".
"Intercalando la miel en una multicapa sobre la superficie de la malla y liberándola lentamente, el objetivo es inhibir el crecimiento de la bacteria y detener la infección incluso antes de que comience
--detalla--. Estos resultados son realmente muy emocionantes. La miel se ha utilizado para tratar heridas infectadas durante miles de años, pero esta es la primera vez que se ha demostrado que es efectiva para combatir las infecciones en las células del interior del cuerpo".
Por su parte, la doctora Mancuso, profesora del Centro de Nanotecnología e Bioingeniería Integrada (NIBEC) de la Universidad de Ulster, agrega que, "aunque hasta ahora se han investigado numerosos recubrimientos a base de antibióticos, construidos a través de enfoques en capas y destinados al desarrollo de implantes antibacterianos, se ha encontrado que el efecto de los antibióticos puede disminuir con el tiempo, ya que potencialmente se pueden desarrollar bacterias resistentes".
La miel se ha utilizado para tratar heridas infectadas desde la antigüedad y miles de años antes del descubrimiento de bacterias.
Se cree que la mayoría de la miel tiene algunas propiedades para matar bacterias porque contiene productos químicos que producen peróxido de hidrógeno.
Sin embargo, en 1991, un estudio de Nueva Zelanda demostró que cuando se elimina el peróxido de hidrógeno de la miel de Manuka, hecha de néctar recolectado por las abejas que se alimentan del árbol silvestre de Manuka, era el único tipo que mantenía su capacidad de matar bacterias. Esto se debe a la presencia de un ingrediente único, ahora identificado como metilglioxal, que tiene propiedades antimicrobianas específicas.
Así, utilizando miel de Manuka de uso médico, el equipo utilizó la tecnología de ensamblaje capa por capa para crear capas alternas de miel cargada negativamente y polímero biocompatible convencional cargado positivamente para modificar la superficie de la membrana electrohilada, cada capa de solo 10-20 nanómetros de espesor.
Probado in vitro en diferentes líneas celulares de tejidos blandos para evaluar su biocompatibilidad, las mallas funcionalizadas fueron expuestas a una variedad de infecciones bacterianas comunes como MRSA, 'Staphylococcus' y 'E. coli'.
"Demasiada poca miel no será suficiente para combatir la infección, pero demasiada miel puede matar las células --explica el doctor Gentile--. Al crear este 'sándwich cargado' de 16 capas pudimos asegurarnos de que la miel se liberara de forma controlada durante dos o tres semanas, lo que debería dar tiempo a la herida para que se cure sin infección".
La doctota Mancuso agrega que esta investigación ha demostrado "la combinación prometedora de un agente antibacteriano derivado de forma natural con un enfoque de nanotecnología, que puede traducirse en el diseño y desarrollo de nuevos dispositivos médicos con funcionalidad avanzada".