MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Se calcula que una cuarta parte de los adultos padecen hígado graso no alcohólico (HGNA), un exceso de grasa en las células del hígado que puede causar inflamación crónica y daños en el hígado, aumentando el riesgo de cáncer de hígado. Ahora, investigadores de la UT Southwestern (Estados Unidos) han desarrollado un sencillo análisis de sangre para predecir qué pacientes con HGNA tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de hígado.
"Esta prueba nos permite identificar de forma no invasiva quién debe ser seguido más de cerca con ultrasonidos regulares para detectar el cáncer de hígado", ha explicado Yujin Hoshida, autor principal de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'Science Translational Medicine'.
La HGNA se está convirtiendo rápidamente en una de las principales causas de enfermedad hepática crónica. Con el aumento de las tasas de obesidad y diabetes, se espera que su incidencia siga creciendo. Los estudios han revelado que las personas con HGNA tienen un riesgo hasta diecisiete veces mayor de padecer cáncer de hígado.
Los médicos recomiendan a los pacientes con HGNA que corren más riesgo de padecer cáncer un exigente programa de detección que incluye una ecografía hepática cada seis meses. Sin embargo, determinar qué pacientes se encuentran en este grupo es un reto y suele implicar la realización de biopsias invasivas.
Estos investigadores se preguntaban si las muestras de sangre de los pacientes con HGNA podrían revelar quiénes corrían mayor riesgo de padecer carcinoma hepatocelular (CHC), la forma más común de cáncer de hígado.
En el nuevo estudio, analizaron muestras de 409 pacientes con HGNA para revelar un conjunto de 133 genes que se expresaban a niveles superiores o inferiores a la media en los hígados de los pacientes que desarrollaron CHC durante un periodo de seguimiento de 15 años.
A continuación, se estratificó a los pacientes en grupos de alto y bajo riesgo en función de la expresión de estos genes. A lo largo de los 15 años posteriores a la toma de muestras, el 22,7 por ciento de los pacientes del grupo de alto riesgo fueron diagnosticados de CHC, mientras que ningún paciente del grupo de bajo riesgo fue diagnosticado.
"Esta prueba fue especialmente buena a la hora de decirnos quién estaba en ese grupo de bajo riesgo. Ahora podemos decir con mucha más confianza que esos pacientes no necesitan un seguimiento muy estrecho", apunta Hoshida.
Los investigadores también convirtieron el panel de genes hepáticos en cuatro proteínas cuyos niveles podían medirse en muestras de sangre para facilitar la evaluación del riesgo. Cuando se estratificó a los pacientes en grupos de alto y bajo riesgo en función de estas proteínas, el 37,6 por ciento de los pacientes del grupo de alto riesgo fueron diagnosticados de CHC durante el periodo de seguimiento de 15 años, mientras que no se diagnosticó a ningún paciente del grupo de bajo riesgo.
La mayoría de los genes y proteínas que predecían el riesgo de CHC eran moléculas inmunitarias e inflamatorias, lo que apunta a la importancia de la inflamación en el desarrollo del CHC. Además, los investigadores demostraron que los niveles de las moléculas cambiaron junto con las terapias que se sabe que disminuyen la inflamación del hígado y el riesgo de CHC, incluyendo la cirugía bariátrica, los medicamentos para el colesterol y una inmunoterapia.
"Esto significa que podríamos utilizar estos paneles de moléculas para hacer un seguimiento de la evolución de los pacientes a lo largo del tiempo o para informar de la eficacia potencial de las intervenciones médicas para reducir el riesgo de cáncer de hígado", detalla el doctor Hoshida.
Por ejemplo, el análisis de proteínas en sangre, denominado PLSec-HGNA, ya se está utilizando para controlar la eficacia de un fármaco para el colesterol en la reducción del riesgo de cáncer de hígado en un ensayo clínico en curso.