MADRID 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
La psicóloga de Blua de Sanitas, Carla Álvarez Llaneza, señala que "cuando elegimos conscientemente alejarnos del ruido digital y de las exigencias sociales, nuestro cerebro experimenta una reducción en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la producción de serotonina, lo que mejora nuestro estado de ánimo".
En la actualidad, la sociedad está dominada por la tecnología y las redes sociales donde el conocido como 'Fear of Missing Out' (FOMO) o miedo a perderse momentos impulsa a muchas personas a mantenerse constantemente conectadas.
"La presión constante por estar al día con todo lo que ocurre, ya sea en redes sociales, eventos o actividades, puede generar altos niveles de ansiedad, fatiga emocional y un sentimiento continuo de insatisfacción", asegura la experta.
Es por este motivo que surge el concepto JOMO ('Joy of Missing Out') que se traduce como "la alegría de perderse las cosas". Esta idea surge con la intención de valorar el tiempo para uno mismo, desconectarse de las exigencias externas y centrarse en el presente.
"Abrazar este nuevo enfoque centrado en la calma y en la toma de decisiones conscientes permite priorizar nuestras necesidades personales y desarrollar una relación más saludable con el tiempo y la tecnología", explica la psicóloga de Blua de Sanitas.
Además, la práctica de este nuevo enfoque basado en el autocuidado no solo disminuye la ansiedad, sino que también favorece aspectos como la introspección, el autoconocimiento y la creatividad. "Al darnos permiso para no estar disponibles todo el tiempo, creamos espacios para reflexionar, resolver problemas y disfrutar de actividades que realmente nos nutren a nivel emocional", añade.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas ofrecen una serie de estrategias para poder adoptar este modo de vida en el día a día. Entre estas recomendaciones, destacan la importancia de establecer límites digitales, asignando momentos específicos del día para desconectarse de los dispositivos electrónicos. Una opción puede ser crear una "zona libre de tecnología" en el hogar o establecer un "horario digital" fuera del trabajo.
También es de gran utilidad practicar la atención plena. Actividades como la meditación, el yoga o caminar al aire libre pueden facilitar la conexión con el presente y permitir disfrutar del momento sin distracciones.
Además, es esencial identificar prioridades, reflexionar sobre qué actividades e interacciones aportan verdadero valor a uno mismo. Esto puede implicar rechazar compromisos que no resultan significativos y reservar tiempo para lo que es realmente importante.
Del mismo modo, en lugar de intentar estar presente en múltiples eventos, es preferible enfocarse en pasar tiempo de calidad con personas cercanas. Las conexiones profundas tienden a generar mayor satisfacción que las interacciones superficiales.
Por último, desde Sanitas aconsejan abrazar el silencio y la desconexión, disfrutando así de la propia compañía, lo que contribuye a la autoestima y a la seguridad en uno mismo.
"Esta manera de gestionar los compromisos sociales permite reequilibrar la balanza, devolviéndonos el control sobre cómo queremos invertir nuestra energía y tiempo", concluye la experta.