MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Endocrinólogos del Centro Médico Beth Israel Deaconess (Estados Unidos) han identificado una enzima clave en la síntesis de una nueva clase de lípidos (o grasas), llamados FAHFA, que se producen en los tejidos humanos y tienen efectos beneficiosos sobre la sensibilidad a la insulina, el control de la glucemia y otros parámetros relacionados con el metabolismo en humanos y ratones.
Este descubrimiento, publicado en la revista científica 'Nature', podría abrir la puerta a posibles nuevos tratamientos para la diabetes de tipo 1 y 2.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 422 millones de personas en todo el mundo padecen diabetes y 1,5 millones de muertes se atribuyen directamente a esta enfermedad cada año. La diabetes de tipo 1 es una enfermedad crónica en la que las células productoras de insulina del páncreas se han dañado y ya no producen insulina; la diabetes de tipo 2 se produce cuando el organismo se vuelve resistente, o insensible, a la insulina.
Ambas versiones de la enfermedad dan lugar a niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre) que, con el tiempo, pueden provocar graves daños en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios si no se controlan con un tratamiento. Se han desarrollado fármacos y dispositivos que salvan la vida de los pacientes con diabetes, pero muchas personas siguen luchando contra un mal control de la glucosa en sangre, lo que les hace correr un alto riesgo de sufrir complicaciones.
"El objetivo a largo plazo es sustituir de forma segura las células beta pancreáticas productoras de insulina en las personas con diabetes de tipo 1, pero para ello sería necesario encontrar una forma de proteger esas células del ataque del sistema inmunitario. Hemos demostrado que estos lípidos FAHFA protegen a las células beta del ataque inmunitario y del estrés metabólico. Si pudiéramos aumentar los niveles de FAHFA, creemos que esto podría ser beneficioso tanto para la diabetes de tipo 1 como para la de tipo 2. Nuestro nuevo descubrimiento es un gran avance porque, por primera vez, sabemos cómo se producen estos lípidos en los tejidos de los mamíferos", ha resaltado una de las líderes de la investigación, la doctora Barbara B. Kahn.
En 2014, el laboratorio de Kahn, en colaboración con Alan Saghatelian, ahora profesor del Instituto Salk (Estados Unidos), descubrió la clase de lípidos hasta entonces desconocida, a la que denominaron FAHFAs (siglas de ésteres de ácidos grasos de ácidos grasos hidroxilados).
En los humanos, los niveles de FAHFA están relacionados con la sensibilidad a la insulina. Los FAHFAs mejoran el control de la glucemia en ratones obesos y diabéticos, un modelo de diabetes de tipo 2, y reducen las respuestas inmunitarias proinflamatorias, lo que se traduce en una menor incidencia de la diabetes de tipo 1 en los ratones.
Estos lípidos también protegen a las células humanas que producen insulina (conocidas como células beta de los islotes pancreáticos) del ataque de las células inmunitarias y del estrés celular. Además, los niveles de estos lípidos son bajos en el suero y el tejido graso de las personas que corren el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 o que la padecen.
En este estudio, el laboratorio de Kahn, en colaboración con Saghatelian, determinó que una enzima llamada lipasa de triglicéridos adiposos, o ATGL, desempeña un papel clave en la síntesis de los lípidos FAHFA.
Los experimentos, realizados en ratones y en células humanas y de ratón, demostraron que la ATGL es la principal enzima biosintética de los FAHFA en los tejidos grasos. En el futuro se investigará si la ATGL es también la principal enzima biosintética en otros tejidos y si otras enzimas ayudan a sintetizar los lípidos beneficiosos.
Dado que los obesos y resistentes a la insulina presentan niveles más bajos de ATGL en el tejido adiposo blanco en comparación con las personas delgadas o con las personas obesas y sensibles a la insulina, los científicos sospechan que el ATGL puede contribuir a la reducción de los AGFA en las personas resistentes a la insulina y, por lo tanto, al riesgo o la gravedad de la diabetes de tipo 2.
"Lo ideal sería que los nuevos descubrimientos se utilizaran para aumentar los niveles de AGFA en personas con riesgo de padecer diabetes de tipo 2 para prevenirla, o para mejorar el control de la glucemia en personas que ya tienen diabetes de tipo 2. Además, estos nuevos hallazgos podrían utilizarse para aumentar los niveles de ATGL en personas con riesgo de padecer diabetes de tipo 1 para prevenirla, como hicimos en ratones". La comprensión de la regulación del ATGL podría conducir a estrategias para aumentar estos lípidos beneficiosos en las enfermedades metabólicas e inmunitarias", remacha Kahn.