MADRID, 12 Abr. (EDIZIONES) -
Los rayos X son uno de los pilares del diagnóstico en la atención sanitaria desde su descubrimiento a finales del siglo XIX hasta hoy en día. Nos han permitido tener unas herramientas diagnósticas que han contribuido enormemente a la medicina moderna. Su uso racional nos aporta un beneficio muy superior al mínimo riesgo que conllevan, por lo que no debemos tener miedo de realizarnos estas pruebas si nuestro médico así lo considera.
Esto es lo que defiende la doctora Alfonsa Friera Reyes, responsable de Asuntos Profesionales de la Sociedad Española de Radiología Medica (SERAM), preguntada por Infosalus sobre la seguridad de las mismas.
En concreto, detalla que los rayos X hoy en día se utilizan de diversas maneras durante la atención sanitaria, y en primer lugar para obtener las radiografías que se realizan cuando hay sospecha de lesión en un hueso, o bien durante esta pandemia, esas pruebas que se han realizado tan asiduamente para ver la afectación de los pulmones de los pacientes con COVID-19.
Igualmente, la doctora Friera apunta a la realización de los llamados TAC o escáner (la denominación correcta es TC o tomografía computarizada), una técnica con la que se obtiene información de todos los órganos y resuelve mucha de la patología con la que los especialistas se encuentran a diario.
En concreto, explica que los rayos X se utilizan en esta prueba para obtener un barrido del volumen que se explora del paciente, y por sofisticados procesadores (de ahí lo de computarizada) se obtienen las imágenes con las que reconstruir en cualquier plano del espacio o en forma de volumen. En los TAC a veces se administra una sustancia, el contraste intravenoso, porque ayuda a distinguir diferentes densidades dentro del cuerpo del paciente.
A su vez, otro de los usos de los rayos X es para guiar algunos tratamientos: "Los radiólogos intervencionistas utilizan el control por imagen que nos proporcionan los rayos X para actuar sobre algunos tumores, sobre lesiones de los vasos, de la vía urinaria, la biliar, entre otras".
¿SON PERJUDICIALES PARA NUESTRA SALUD?
Ahora bien, se trata de pruebas frecuentes y que emplean radiación, ¿son seguras por tanto para nuestra salud? La miembro de la SERAM aclara en este punto que las dosis de radiación que se usan para el diagnóstico están lejos del umbral que puede causar lesiones.
"No obstante, como otras circunstancias o sustancias (tanto naturales como producidas por el hombre), como puede ser la radiación con la que convivimos de manera natural, o muchas sustancias que ingerimos porque se emplean en la producción o conservación de algunos productos, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar algunos tumores. Pero hablamos de leves aumentos de la probabilidad. A modo de ejemplo, es como si para ganar a la lotería en lugar de un décimo llevásemos dos", sostiene la experta.
Recuerda aquí la doctora Friera que poco después de descubrir los rayos X, estos se asociaron a algo mágico: "Era la primera vez que se podía ver parte de lo que ocurría en el interior del cuerpo humano, sin necesidad de abrirlo".
Desde entonces, dice que la población ha aprendido a convivir con ellos, y además conoce los grandes beneficios que han supuesto para la medicina. "Su uso adecuado supone que la exploración va a dar información diagnóstica y va a cambiar el tratamiento del paciente. En estos casos, ese pequeño riesgo es del todo asumible. Exploraciones redundantes o innecesarias solo nos exponen al peligro sin ningún beneficio. Volviendo a nuestro ejemplo de la lotería: nadie compraría un billete para un sorteo que ya se ha realizado", mantiene.
Con todo ello, insiste en que no debemos tener miedo a la hora de realizarnos una radiografía si el médico especialista así lo ha considerado porque "una exploración indicada va a aportar mas beneficio que posible perjuicio".
En cuanto a si se puede minimizar la exposición a la radiación en estas pruebas, la responsable de Asuntos Profesionales de la Sociedad Española de Radiología Medica señala que la tecnología ha evolucionado "enormemente", tanto a la hora de adquirir como a la hora de reconstruir la imagen. Por ello, defiende que en la actualidad se cuenta con muchas herramientas que permiten obtener imágenes de alta calidad diagnóstica con menores dosis de radiación.
CUÁNDO ESTÁN CONTRAINDICADAS LAS RADIOGRAFÍAS
En última instancia, cuestionamos a la experta de la SERAM por aquellas situaciones en las que estarían contraindicadas las radiografías, resaltando que "en nigún caso están contraindicadas". Ahora bien, sí precisa que, en algunos grupos de población, con mayor sensibilidad a la radiación, como son los niños o los fetos, hay que ser muchos más cuidadosos a la hora de indicar estas exploraciones.
"Esto no quiere decir que vayamos a dejar de hacer exploraciones necesarias a niños o a mujeres embarazadas. Solo queremos recalcar que es imprescindible que la exploración que vamos a realizar aporte información relevante para el tratamiento del paciente; si no es así, la prueba perdería este equilibrio entre el beneficio y el riesgo para dejar solo el riesgo. Por ejemplo, un traumatismo leve en un tobillo no exige la realización de una radiografía, solo se recomienda si la exploración física sugiere la presencia de lesión ósea", sentencia la doctora.