Dosis más altas de tiazida reducen los casos de cálculos renales

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MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Las dosis más altas de tiazida se asocian con mayores reducciones del calcio en la orina, lo que a su vez se correlaciona con menos eventos sintomáticos de cálculos renales, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (VUMC) publicado en 'JAMA Network Open'.

Los diuréticos tiazídicos, que se recetan habitualmente para prevenir la recurrencia de los cálculos renales, son fármacos que actúan directamente sobre los riñones para promover la diuresis (flujo de orina) al inhibir el cotransportador de sodio/cloruro ubicado en el túbulo contorneado distal de una nefrona (la unidad funcional de un riñón). Las tiazidas también se utilizan como tratamiento habitual para la hipertensión arterial y para eliminar líquidos del cuerpo en afecciones como la insuficiencia cardíaca.

El primer autor, Ryan Hsi, profesor asociado en el Departamento de Urología de VUMC, señala que los datos del estudio ayudan a explicar los hallazgos del ensayo multicéntrico Hidroclorotiazida para la Prevención de la Recurrencia de Cálculos Renales (NOSTONE), que informó que la hidroclorotiazida no redujo la recurrencia de eventos de cálculos renales.

"A la luz de nuestra investigación, las reducciones de calcio en ese estudio fueron modestas y probablemente insuficientes para afectar el riesgo de recurrencia", señala Hsi.

"Esto significa que los pacientes siguen siendo una opción importante para prevenir la recurrencia de los cálculos renales. Puede resultar beneficioso controlar la excreción de calcio durante el tratamiento con tiazidas para ajustar la dosis y la dieta y lograr una reducción adecuada del calcio en la orina", añade.

Se estudiaron un total de 634 participantes, revelando asociaciones significativas entre dosis más altas de tiazida y reducciones de calcio en la orina mayores que las logradas en el ensayo NOSTONE, donde los participantes tomaron diferentes dosis de hidroclorotiazida.

Para los próximos pasos, los investigadores están interesados en comprender qué subtipos de tiazidas y sus dosis funcionan mejor, y cómo optimizar la adherencia a la medicación, ya que estas terapias a menudo se administran a largo plazo.