MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -
La dotación de unidades de insuficiencia cardiaca (IC) se ha incrementado notablemente entre los años 2011 y 2014, pasando a estar presentes del 42 por ciento al 56 por ciento de las unidades de cardiología (UC), así como las de rehabilitación cardiaca, del 31 por ciento al 45 por ciento.
Además, el desarrollo de redes de angioplastia primaria por los servicios de salud de las comunidades autónomas ha contribuido a reducir la mortalidad por infarto agudo de miocardio (IAM). Así lo ha puesto de manifiesto un artículo publicado recientemente en la 'Revista Española de Cardiología' que analiza la evolución de los resultados del proyecto 'RECALCAR 2011-2014', una iniciativa de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que relaciona la estructura y el funcionamiento de las unidades de Cardiología con los resultados en salud.
"3ste proyecto promueve conseguir una mejora de la equidad en las prestaciones asistenciales que cualquier ciudadano recibe en el estado español, independientemente de su ubicación geográfica. Precisamente uno de nuestros objetivos es poner de manifiesto Comunidad por Comunidad las asimetrías y variabilidad en el uso de recursos, actividad y resultados en salud, para promover esa mejora de la calidad asistencial", ha comentado el presidente de la SEC, Andrés Íñiguez Romo.
A lo largo de estos cuatro años, 'RECALCAR' ha creado una base con más de 40.000 datos de estructura y actividad de las UC en el que han participado entre el 60 por ciento y el 79 por ciento de las unidades de Cardiología del Sistema Nacional de Salud.
A nivel general, no se han encontrado déficits en dotación de equipos (aunque probablemente hay problemas de obsolescencia), pero sí en aspectos relevantes de la organización y la gestión. Y es que, sólo el 28 por ciento de las unidades tienen guardias de cardiología y la mitad de las unidades de 24 o más camas no tienen asignadas camas de cuidados críticos cardiológicos. Además, hay una "pobre" implantación de la gestión por procesos (un 14% de las unidades) y un limitado desarrollo de redes asistenciales de unidades del área del corazón.
"Del análisis de los datos se extrae que, en general, no hay un déficit de recursos. Por tanto, es responsabilidad de las autoridades sanitarias y de los profesionales mejorar el rendimiento y la eficiencia del Sistema Sanitario mejorando la gestión de los mismos. Un buen ejemplo es el 'Código Infarto', la adecuada organización del proceso ha reducido significativamente la mortalidad, con una escasa o nula inversión económica", ha comentado el coordinador de 'RECALCAR', Vicente Bertomeu Martínez.
VOLUMEN DE ACTIVIDAD
Por otra parte, según el trabajo, el promedio de altas hospitalarias de las unidades de cardiología entre 2011 y 2014 fue de 5/1.000 habitantes/año, con una estancia media en el servicio de entre cuatro y seis días. La tasa media de consultas primeras era de 16 por cada 1.000 habitantes/año, con una relación de dos consultas sucesivas por cada primera consulta.
Asimismo, hay una media estimada de 50 cardiólogos por millón de habitantes, con importantes variaciones entre comunidades autónomas. Las variaciones entre unidades en indicadores de productividad, así como el número de estudios por sala y por cardiólogo también son notables.
"Las unidades más complejas tienen lógicamente un mayor número de cardiólogos, mayor número de camas asignadas, de altas y de consultas externas. Sin embargo, es llamativo que no se hayan encontrado grandes diferencias en relación con la estancia media o la razón consultas sucesivas/primeras", han puesto de manifiesto los expertos.
Por otro lado, la actividad investigadora (proyectos de investigación, ensayos clínicos, publicaciones) es mucho mayor en las unidades más complejas. En relación con las tasas de mortalidad y reingresos, hay tendencia a obtener mejores resultados cuanto más compleja es la unidad, siendo las unidades con camas de hospitalización de cardiología, laboratorio de hemodinámica y servicio de cirugía cardiovascular las que tienden a mostrar los mejores resultados.
"Estos hallazgos sustentan la necesidad de regionalizar los servicios de cardiología y desarrollar redes asistenciales del área del corazón que integren unidades de distinta complejidad para procurar el tratamiento óptimo y la gestión más eficiente en el lugar más adecuado para el paciente en cada momento", han zanjado.