MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores españoles ha descubierto cómo activar la acción antidepresiva en el cerebro, una vía que puede ayudar a pacientes con depresión severa resistentes al tratamiento farmacológico con antidepresivos. Consiste en usar la estimulación cerebral profunda, que radica en implantar electrodos en un área cerebral y aplicar una corriente eléctrica.
Esta técnica provoca la liberación de glutamato en la corteza cerebral y activa un receptor responsable de la acción antidepresiva, según se observa en la investigación publicada en la revista 'Cerebral Cortex'.
Esta nueva vía de tratamiento se ha descubierto en ratas que cuando se aplica dicha terapia en la corteza infralímbica se produce una liberación del glutamato -principal transmisor excitador del cerebro- en la corteza cerebral y activa el receptor AMPA, lo que produce la acción antidepresiva, según explica el un equipo liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
"Tomando como base la amplia utilización de la técnica con la enfermedad de Parkinson, otros expertos han propuesto que la estimulación cerebral profunda produce una inactivación funcional de la zona estimulada. Sin descartar totalmente esta posibilidad, hemos visto que lo que hace la estimulación cerebral profunda es activar una serie de proyecciones de la corteza. Ese efecto es el responsable de la acción antidepresiva", explica el investigador del CSIC Albert Adell, actualmente en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria.
Según el estudio, es probable que algunos de los receptores AMPA que se activen mediante la estimulación cerebral profunda contribuyan al efecto antidepresivo, pero no todos. Es decir, puede que solo una parte de estos receptores sean responsables de dicha función.
Por eso, los investigadores se plantean como próximo objetivo ampliar sus conocimientos sobre el funcionamiento de este mecanismo y ver si dichos efectos se pueden suplir con la administración de fármacos, ya que, como explica Adell, "aunque es una técnica efectiva para el tratamiento de la depresión resistente no deja de ser invasiva. A largo plazo queremos intentar que esos efectos se puedan suplir con la administración de fármacos, un tipo de terapia mucho más tolerada".
En el estudio han participado investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental y la Universidad de Cádiz.