MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
La psicooncóloga en MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten Fátima Castaño ha recomendado una comunicación "fluida" para que las parejas puedan llevar una vida afectiva y sexual saludable cuando se enfrentan a un tratamiento contra el cáncer, un proceso que produce un "gran impacto" en la vida de una pareja, tanto para el paciente como para su compañero sentimental, que suele ejercer como cuidador principal.
"El protagonista sin duda es el paciente, pero el coprotagonista es esa persona que está al lado, que también sufre el impacto de la inseguridad y la intranquilidad ante la situación que están viviendo", ha afirmado la especialista, coautora del libro 'En el amor y en el cáncer'.
Castaño también ha aconsejado que una de las primeras preguntas a realizar es la forma que uno puede ayudar o hacer sentir mejor a la otra persona, abordándola siempre desde "el espíritu de la empatía" en todo el proceso, y es que suelen demandar más comprensión hacia sus emociones o que no se minimicen sus temores ante la enfermedad, dada la "desdramatización que la sociedad ha dado a ciertos tipos de cáncer", como ocurre con el de mama o de próstata.
La pareja debe ser un "pilar para mantener los hábitos que acompañan al tratamiento cuando los ánimos están más bajos", que debe respetar la tristeza "lógica" del afectado en ciertos momentos, aunque con "actitud vigilante" para que no se convierta en un sentimiento cotidiano.
"Las mujeres son más proclives y piden más ayuda. Los hombres tienen más reticencias a hablar de estas emociones, pero todos nos beneficiaríamos de tener orientación y ayuda", ha añadido Castaño.
ALTERACIONES DE LA VIDA SEXUAL
A pesar de que la intimidad es un factor importante en la vida en pareja, es una de las cuestiones "menos abordadas" en las consultas médicos, sobre todo por los "tabúes" existentes entre los propios pacientes.
Las estimaciones sobre la frecuencia de problemas sexuales varían mucho según el diagnóstico y el tipo de cáncer, abarcando desde un 10 a un 80 por ciento, siendo los mayores síntomas el deseo sexual inhibido en ambos sexos, la disfunción eréctil en el hombre y el dolor vaginal en la mujer, y es que algunas intervenciones afectan directamente a áreas muy relacionadas con la esfera sexual, como los genitales o el pecho.
En estos casos, Castaño ha indicado que "será más importante si cabe descentralizar la sexualidad de los genitales y redescubrir el cuerpo como un 'todo', ampliando así las posibilidades", para lo que se debe "innovar" y "experimentar" en busca de una "más completa" sexualidad en pareja.
"Cuando se habla de sexualidad no implica únicamente al sexo, sino a aquella esfera de la vida que engloba conductas y reacciones que tienen como objetivo la búsqueda de intimidad, afectos, diversión y placer, tanto en uno mismo como en la pareja (...) Acercarse el uno al otro, incorporar el cuidado de cicatrices, permitir y solicitar que la pareja se muestre y facilitar que se sienta cómoda en el proceso ayudará a que se sienta suficientemente atractiva para ser deseada y, por tanto, segura para avanzar en el sexo", ha agregado.
Castaño también ha expresado que, en caso de desencuentros emocionales o interrupción de las relaciones sexuales, es "conveniente" dialogar para identificar las dificultades que existen, de forma que se puedan retomar respetando los tiempos.