MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
El jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz (Madrid), el doctor Juan Pablo Fusco, ha destacado como el trabajo en equipo y el apoyo "incondicional" de la familia ha sido clave en el caso de Walter, un paciente de Junín (Perú) que ha logrado superar un carcinoma de timo gracias a la coordinación de equipos médicos en Madrid y Lima.
"El acceso equitativo a tratamientos avanzados es un desafío, pero también una oportunidad para mostrar cómo la colaboración internacional y el trabajo en equipo pueden salvar vidas", ha afirmado el doctor Fusco, que ha explicado cómo Walter se enfrentó inicialmente a un pronóstico "desalentador".
Tras una primera línea de tratamiento que no logró detener el avance del tumor, los médicos locales recomendaron suspender los tratamientos activos y enfocar los cuidados en casa, momento en el que su familia contactó con el equipo de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz en Madrid, que se coordinó con el doctor Vladimir Suárez, oncólogo radioterápico en Lima, para diseñar un nuevo esquema de tratamiento que resultó en una "significativa" mejora.
"El tumor de Walter respondió favorablemente, permitiéndole recuperar fuerzas y disfrutar de momentos inolvidables con su familia", ha expresado el doctor Fusco, que recuerda que Walter compartió cómo volvió "a sentir esperanza" rodeado de sus seres queridos.
Su historia "pone de relieve el importante papel que juega la familia en el proceso de recuperación", y es que un el apoyo de su familia fue clave tanto para su mejoría como para inspirar un "impacto positivo" en su ciudad, pues su familia lidera un proyecto para la construcción de un centro oncológico en Junín, con el objetivo de ofrecer mejores opciones de tratamiento a otros pacientes de la región.
"Queremos que nadie más tenga que viajar tan lejos para recibir atención de calidad," ha afirmado un miembro de la familia de Walter, quien entregó al equipo médico una imagen de plata labrada a mano representando un colibrí rodeando una flor.
Para Fusco, este gesto recuerda que "toda acción, por pequeña que parezca, tiene el poder de cambiar vidas" y que, aunque el cáncer es un desafío global, también es una "oportunidad para mostrar lo mejor de nosotros como sociedad: nuestra capacidad de trabajar juntos, innovar y nunca perder la esperanza".