El estatus socioeconómico, clave en el resultado de los tratamientos de fertilidad

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Publicado: miércoles, 17 julio 2024 7:05

MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

Existen importantes disparidades sociales en la consecución de nacimientos vivos tras un tratamiento de tecnología de reproducción asistida (TRA) según una nueva investigación, presentada hoy en la 40ª reunión anual de la ESHRE en Ámsterdam. El resumen del estudio se publicará en 'Human Reproduction', por Rikke Bruun Uggerhoj, autora principal del estudio del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

Según el trabajo, las mujeres con formación en investigación (doctorado) tenían tres veces más probabilidades de lograr un nacimiento vivo en comparación con aquellas con educación primaria, mientras que las mujeres del grupo de ingresos más altos tenían el doble de probabilidades que las del grupo de ingresos más bajos.

Las mujeres desempleadas tuvieron la menor probabilidad de éxito, siendo un tercio menos probable de tener un nacido vivo después del tratamiento con TRA en comparación con las mujeres empleadas [HR = 0,67 [IC del 95%: 0,64; 0,69]).

Estos hallazgos fueron consistentes en los diferentes grupos de edad examinados y tanto para las mujeres sin hijos como para las mujeres que tenían uno o más hijos antes del tratamiento con TRA, lo que indica una asociación sólida entre la posición socioeconómica y el logro de un nacimiento vivo después del inicio del tratamiento con TRA.

Rikke Bruun Uggerhoj comenta: "Si bien estudios anteriores han sugerido un vínculo entre un nivel socioeconómico más alto y mejores resultados de las técnicas de reproducción asistida, nuestra investigación profundiza más y brinda información clara basada en datos sobre la influencia específica de la educación, el empleo y los ingresos a la hora de determinar el éxito de los tratamientos de fertilidad".

El estudio nacional basado en registros analizó datos de 68.738 mujeres de entre 18 y 45 años que se sometieron a tratamiento con TAR en Dinamarca entre 1994 y 2017. El resultado primario investigado fue el nacimiento vivo después de iniciar el tratamiento con TAR.

El estudio encontró que la posibilidad de lograr un primer nacimiento vivo después de iniciar el tratamiento con TAR aumentó progresivamente con niveles más altos de educación e ingresos. Las mujeres con educación en investigación mostraron la probabilidad más alta (HR=3,02 [IC del 95% 2,71; 3,35]), en comparación con aquellas con educación primaria. Además, las mujeres en el grupo de ingresos más altos tenían el doble de probabilidades de lograr un nacimiento vivo en comparación con las mujeres en el grupo de ingresos más bajos.

"Nuestros resultados confirman que las mujeres con un nivel socioeconómico más alto tenían más probabilidades de lograr un nacimiento vivo. Los subanálisis revelaron que tenían más probabilidades de continuar el tratamiento con tecnología de reproducción asistida después de intentos fallidos, lo que podría explicar la desigualdad social observada en la consecución de un nacimiento vivo después del tratamiento con tecnología de reproducción asistida".

"Sin embargo, lo sorprendente fue que incluso en Dinamarca, donde actualmente se ofrecen tres nuevos tratamientos de TAR gratuitos, la desigualdad social influyó en la probabilidad de iniciar un segundo y un tercer tratamiento de TAR. Esto sugiere que hay factores que van más allá de la carga financiera por sí sola que contribuyen a estas disparidades en los resultados".

La infertilidad está aumentando a nivel mundial, con una prevalencia estimada de por vida del 17,5%. A medida que este problema siga creciendo, se espera que aumente la demanda de tratamientos de fertilidad. Por lo tanto, garantizar un acceso justo a estos tratamientos y resultados equitativos es crucial para abordar las necesidades de las personas y las parejas que experimentan infertilidad, independientemente de su situación socioeconómica.

Al comentar sobre este tema, la investigadora postdoctoral Ditte Vassard, coautora de la investigación del Hospital Universitario de Copenhague (Rigshospitalet), agrega: "En el contexto de este estudio, está claro que las limitaciones financieras por sí solas no siempre determinan los resultados; entran en juego múltiples factores socioeconómicos. Por ejemplo, las mujeres con niveles de educación más altos pueden tener trabajos que ofrecen flexibilidad o adaptaciones para las responsabilidades relacionadas con el tratamiento, lo que las ayuda a continuar el tratamiento con TAR después de intentos fallidos".

Para abordar eficazmente las disparidades en los resultados, los responsables de las políticas y los profesionales de la salud deben adoptar un enfoque integral que reconozca y aborde los desafíos multifacéticos que las personas enfrentan en sus vidas, incluidas las consideraciones prácticas, las limitaciones de recursos y la carga emocional, recomiendan en el trabajo. .

El profesor Carlos Calhaz-Jorge, expresidente inmediato de la ESHRE, afirma: "Este importante estudio destaca la complejidad de los factores socioeconómicos que influyen en los resultados de la terapia antirretroviral. Los autores descubrieron que incluso un alto nivel de financiación pública para estos tratamientos no es suficiente para evitar las desigualdades sociales en los resultados finales. Las implicaciones políticas y sociales de estos hallazgos justifican una profunda consideración por parte de todas las partes interesadas".

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