MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
La estimulación cerebral profunda (ECP) en la rama superolateral del haz medial del cerebro anterior (MFB) podría ser una terapia potencialmente sólida para la depresión resistente al tratamiento, según investigadores de UTHealth Houston (Estados Unidos).
En concreto, esta área, vinculada a la recompensa y la motivación, ha revelado cambios cerebrales metabólicos durante los 12 meses posteriores a la implantación de la ECP. Los resultados del estudio, en el que participaron 10 pacientes, se han publicado en 'Molecular Psychiatry'.
"Esto es algo que la gente ha estado tratando de hacer durante mucho tiempo, pero no siempre hemos tenido mucho éxito con el uso de la ECP para las enfermedades psiquiátricas", ha señalado el primer autor, Christopher Conner. "Pero este estudio de PET muestra que estamos alterando el funcionamiento del cerebro a largo plazo y estamos empezando a cambiar la forma en que el cerebro empieza a organizarse y empieza a procesar la información y los datos", explica.
Durante años, la ECP se ha utilizado para tratar a pacientes que sufren trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson, temblores y distonía, y se ha estudiado como posible tratamiento para pacientes con depresión resistente al tratamiento. En la ECP, se implantan electrodos en determinadas zonas del cerebro, donde generan impulsos eléctricos para afectar a la actividad cerebral.
Sin embargo, encontrar la parte del cerebro a la que hay que dirigirse para tratar la depresión a largo plazo ha sido un reto. "Nos centramos en un haz de fibras que sale de esta pequeña zona del tronco cerebral y se dirige a otras zonas del cerebro", explica Conner.
"Los escáneres PET indicaron que esta pequeña zona objetivo tiene efectos descendentes muy difusos. No se trata de un solo efecto porque no hay una sola zona del cerebro relacionada con la depresión. Hay que cambiar todo el cerebro y a través de esta pequeña diana, eso es lo que pudimos hacer", detalla el experto.
Los investigadores realizaron un escáner PET inicial antes del procedimiento DBS en los 10 pacientes del estudio para obtener una imagen de referencia. Realizaron exploraciones PET adicionales a los seis y 12 meses para evaluar los cambios después del tratamiento. Las exploraciones de 8 de los 10 pacientes mostraron una respuesta.
"Una respuesta al tratamiento significa que su depresión disminuye potencialmente al menos en un 50 por ciento; se siente mucho mejor", afirma el coautor Joo de Quevedo. "Así que, para los pacientes con depresión crónica grave resistente al tratamiento, disminuir los síntomas a la mitad es mucho. Es la diferencia entre estar incapacitado a ser capaz de hacer algo", agrega.
En correlación con los cambios en las imágenes de la PET, los pacientes informaron que su depresión disminuyó después del tratamiento.