MADRID 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
El uso de una fórmula matemática incorrecta para evaluar los ritmos de los latidos del corazón puede llevar a los oncólogos a interrumpir de forma inapropiada la quimioterapia que salva vidas, según los resultados de la investigación de los científicos del Centro Oncológico Integral Lineberger de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Estados Unidos, publicados en la revista 'JAMA Oncology'.
Estandarizar las fórmulas matemáticas para medir los ritmos de los latidos del corazón con electrocardiogramas, y evitar una fórmula comúnmente utilizada, podría reducir este resultado involuntario, informaron los investigadores.
Las fórmulas de este estudio se basan en el modo en que el sistema cardíaco se recarga después de cada latido. Al leer un electrocardiograma (ECG), los picos y golpes de los latidos, llamados ondas P a U, indican cuándo se contrae y relaja el corazón. El intervalo entre el inicio de la onda Q y el final de la onda T, cuando se prolonga, es el que más preocupa a las personas que reciben quimioterapia.
Cuando el músculo cardíaco tarda un tiempo comparativamente más largo de lo habitual en contraerse y relajarse, lo que se conoce como prolongación del QT, puede aumentar el riesgo de desarrollar ritmos cardíacos anormales que pueden provocar un paro cardíaco repentino.
Dado que la prolongación del QT es un efecto secundario potencialmente grave, todos los fármacos de quimioterapia se someten a rigurosas pruebas de prolongación del QT en su proceso de aprobación. Muchos de los agentes quimioterapéuticos que prolongan el intervalo QT pertenecen hoy a una clase conocida como terapias dirigidas.
A medida que se amplía el uso de las terapias dirigidas, el control de la prolongación del QT adquiere aún más importancia, especialmente en el caso de muchos cánceres de la sangre que suelen tratarse con fármacos dirigidos, como los que formaron parte de este estudio.
En su estudio de diferentes fórmulas, los investigadores descubrieron que una fórmula, la de Bazett, se asociaba con un aumento del triple del intervalo QT corregido en comparación con otras fórmulas utilizadas con pacientes oncológicos. La sobreestimación del intervalo QT por la fórmula de Bazett puede conducir potencialmente a una modificación errónea de la quimioterapia que puede repercutir en la atención clínica.
"Las matemáticas que determinan una fórmula QT son importantes porque si se utiliza una fórmula inadecuada, podría llevar a los oncólogos a reducir la quimioterapia innecesariamente y posiblemente afectar al potencial de curación --explica Daniel R. Richardson, profesor asistente de medicina en UNC Lineberger y autor correspondiente del artículo--. Las diferencias que encontramos entre las fórmulas de QT fueron bastante sorprendentes y no preveíamos la magnitud de la diferencia cuando iniciamos este proyecto. Ciertamente ha cambiado la forma de tratar a los pacientes".
Los investigadores examinaron los registros médicos de 6.881 pacientes adultos con cáncer que recibieron 24 tipos diferentes de quimioterapia entre 2010 y 2020. Los pacientes fueron atendidos en el Hospital Oncológico Basnight de Carolina del Norte y recibieron casi 20.000 ECG.
Los investigadores descubrieron que la fórmula de Bazett daba lugar a períodos de prolongación del QT más largos que otras dos fórmulas (Framingham y Fridericia) en el 40,9% de los ECG examinados; esto era preocupante, ya que Bazett es la fórmula por defecto utilizada con muchos dispositivos de ECG.
"Descubrimos inicialmente este problema mientras tratábamos a un paciente con leucemia promielocítica aguda con trióxido de arsénico, un fármaco conocido por causar prolongación del QT. Nos dimos cuenta de que había orientaciones incoherentes sobre cómo evaluar el intervalo QT con este fármaco y qué valores debían conducir a reducciones de la dosis", señala el autor principal, Joshua F. Zeidner, profesor asociado de medicina y jefe de investigación de la leucemia en UNC Lineberger.
"El protocolo clínico que finalmente condujo a la aprobación de este fármaco utilizaba una fórmula de QT muy específica -Framingham- y nosotros estábamos utilizando una fórmula diferente -Bazett- para guiar nuestras decisiones de tratamiento --prosigue--. Antes de este descubrimiento, la mayoría de nosotros no sabíamos que había múltiples fórmulas disponibles para los intervalos QT corregidos. Los resultados de este estudio han cambiado la práctica, pues ya no recomendamos la fórmula de Bazett como orientación clínica".
Para sus próximos pasos, los investigadores están considerando realizar un estudio que evalúe el conocimiento de los oncólogos y farmacéuticos sobre las diferentes fórmulas de prolongación del QT y su impacto, ya que esto ayudaría a los investigadores a comprender mejor la magnitud del problema. Sin embargo, los investigadores quieren abogar por la comprensión del efecto de la elección de la fórmula en los resultados y abogar por la estandarización al evaluar a los pacientes oncológicos.