MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
El director del Laboratorio de Fisiopatología Renal del Hospital Universitario Gregorio Marañón, Alberto Tejedor, ha asegurado que la cilastatona representa el principal avance en la historia del abordaje del fracaso renal agudo.
"Esto ha permitido tener un conocimiento más completo de cómo sucede este problema renal y de qué forma se puede bloquear el incremento del riesgo cardiovascular y la progresión hacia fracaso renal crónico vinculados al mismo", ha señalado.
Asimismo, ha destacado la nula interferencia de la cilastatina sobre los tratamientos ante los cuales protege al riñón, especialmente los citotóxicos (utilizados para el cáncer), los inmunosupresores, los antibióticos o los usados para el tratamiento del VIH, considerados los de mayor toxicidad para el riñón. Esto se debe, explica, a que la cilastatina actúa desde el exterior uniéndose a una proteína presente en la membrana de las células (la dehidropeptidasa renal), lo que frena la muerte de las células renales habitualmente dañadas por los citados tratamientos.
"Las células renales, al morir, mandan mensajes a sus células vecinas, a las que puede inducir también a su desaparición. Gracias a la intervención de la cilastatina, la que denominaríamos como molécula de la muerte más el receptor de la muerte no se unen. Sin la aplicación de este tratamiento, las células mueren, descaman el túbulo proximal, provocando los daños vinculados al fracaso renal agudo. Con esta molécula, la denominada molécula de muerte pasaría a ser eliminada directamente por la orina sin interferir en el correcto funcionamiento renal", ha detallado.
SUPRESIÓN DE LA RESPUESTA INFLAMATORIA
Otros de los aspectos más importantes encontrados de la mano de esta investigación es la supresión de respuesta inflamatoria ante la aparición de fracaso renal agudo. "Al quedar bloqueada la muerte de células renales no se generan mensajes que atraen a células inflamatorias. Representa un cambio de paradigma frente a lo que conocemos que hasta ahora sucede", ha señalado.
En este sentido, el experto ha destacado que gracias a la intervención de la cilastatina se consigue también que las células renales que han conseguido quedar vivas del efecto del fracaso renal agudo no se vuelvan cicatriciales.
A la espera de comenzar los ensayos clínicos, el equipo que dirige el doctor Alberto Tejedor ya ha comenzado a trabajar en otras líneas de investigación diferentes. Una de ellas pasa por conocer en detalle la morbimortalidad asociada a posibles consecuencias cardiovasculares tras superar un fracaso renal agudo y en la que tienen injerencia el inflamasoma, un complejo multiproteico responsable de la activación de los procesos inflamatorios.
Asimismo, este grupo de expertos pondrán en marcha una línea de investigación centrada en el fracaso renal agudo no asociado a tratamiento farmacológico, como el derivado del paludismo, muy habitual en África. "Los resultados representan una gran noticia para nuestra especialidad a nivel internacional, ya que nos va a permitir dar respuesta satisfactoria a un problema que afecta en torno a un 7 por ciento de las personas que ingresan en un hospital y a entre el 36-67 de los pacientes críticos, por lo que vamos a conseguir mejorar la morbimortalidad y calidad de vida de los pacientes, lo cual ayuda a la sostenibilidad del SNS al reducir también las estancias hospitalarias o los ciclos de tratamiento", ha señalado la presidenta de la SEN, María Dolores del Pino.