MADRID 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
El jefe del servicio de Neurología del Hospital General de Villalba (Madrid), Javier Pardo Moreno, ha asegurado durante el taller 'Las mujeres, las víctimas preferidas del ictus', celebrado en el marco de colaboración con el Área de la Mujer del Ayuntamiento de Collado Villalba y el centro hospitalario, de que es "mejor pecar por exceso" a la hora de activar el 'Código Ictus' porque puede salvar una vida.
Así, ha destacado la necesidad de que, al detectar cualquier signo de alerta, toda persona que se encuentre cerca, ya sea familiar, acompañante o un transeúnte en la vía pública, llame inmediatamente al 112. "Llamar es lo que va a mejorar el pronóstico. Dependiendo de la valoración in situ, se decide si trasladar al paciente a un centro de neurointervencionismo y si se activa el 'Código Ictus'. Mediante esta medida, el neurólogo del centro hospitalario y las herramientas para el diagnóstico urgente del ictus (escáner) se preparan para estar listos cuando llegue el paciente en la ambulancia", ha explicado.
En este punto, el jefe de servicio de Neurología del Hospital General de Villalba ha comentado que el síntoma de alarma puede ser pasajero o establecido, si bien ha avisado de que el hecho de que sea pasajero no significa que no sea igualmente grave y que no haya que demandar atención sanitaria.
Dicho esto, el doctor ha comentado que hay tratamientos que deben ser tomados en un período de tiempo determinado para favorecer que no haya secuelas. Pasado ese plazo, el riesgo es mayor, por lo que, a su juicio, lo "ideal" es poder administrar la medicación en un espacio de tiempo que va desde el inicio de los síntomas hasta las cuatro horas y media, seis o doce, dependiendo de las circunstancias.
En este punto, ha aludido el denominado "ictus del despertar", que es aquel en el que el paciente se acuesta bien y se levanta con el déficit neurológico instaurado. "Tenemos técnicas radiológicas que nos pueden ayudar a conocer el tiempo aproximado de instauración y saber si hay más o menos tejido cerebral potencialmente salvable, así como si ha habido una transformación a hemorragia, que es el principal riesgo que corremos si ponemos un tratamiento a destiempo", ha argumentado.
Finalmente, el doctor ha explicado que la mayoría de los factores de riesgo de ictus son compartidos entre mujeres y hombres (diabetes, hipertensión, tabaquismo, alcohol o hipercolesterolemia), si bien ellas tienen otros adicionales relacionados con las hormonas, el embarazo, la menopausia.
Los signos de alerta ante el ictus afectan a tres áreas fundamentales de la función neurológica: el lenguaje, la motilidad y el equilibrio. "Si alguien, de repente, deja de hablar bien y de entender lo que se le dice, si no puede mover correctamente una pierna o un brazo o si tiene una situación de desequilibrio, no es sinónimo de ictus, pero puede ser un síntoma de alerta, por lo que se requiere una atención sanitaria urgente", ha zanjado el doctor.