MADRID 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
El neurorradiólogo de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y miembro de la Sociedad del Grupo Español de Neurorradiología Intervencionista (GENI), José Luis Díaz Valiño, ha instado a "optimizar los planes estratégicos y la asignación de recursos para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes con ictus y así reducir el impacto de esta enfermedad", teniendo también en cuenta que el coste total de los nuevos casos de ictus en España supondría cada año 1.989 millones de euros.
"Si bien en los últimos años ha disminuido la mortalidad y la incidencia de ictus gracias a la prevención, detección precoz y mejora de la atención integral especializada, el aumento de la esperanza de vida y las previsiones de envejecimiento de la población hará que las cifras de afectados vuelvan a aumentar", ha señalado Díaz Valiño.
Esta enfermedad cerebrovascular supone la segunda causa de muerte global y es la primera en mujeres. Se estima que cada año se producen en España 120.000 nuevos casos de ictus, de los que fallecen 27.000 personas. Además, es la principal causa de discapacidad adquirida.
En el marco del Día Mundial del Ictus, que se conmemora el 29 de octubre, la SERAM ha querido poner de manifiesto la importancia de la figura del neurorradiólogo como pieza clave en la emergencia asistencial y manejo del ictus.
La neurorradiología es la radiología enfocada en el sistema nervioso central con una doble vertiente. Por una parte, abarca el diagnóstico con la imagen de tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM) y, por otra parte, la terapéutica de patología isquémica (trombos y estenosis) y hemorrágica (aneurismas y malformaciones arteriovenosas) por medio de cateterismos vasculares. Ambas facetas son esenciales en la atención del ictus.
¿QUÉ OCURRE CUÁNDO SE ACTIVA EL CÓDIGO ICTUS?
"Cuando se activa el Código Ictus por la sospecha de un accidente cerebrovascular agudo, y una vez que el paciente ha sido valorado en el hospital por neurología, en ese momento crítico y en primera instancia se le realiza una TC multimodal craneal por parte de los neurorradiólogos", ha comentado el doctor. Además, ha señalado que "se trata de tres modalidades de adquisición de imágenes con las que descartamos otras causas distintas del infarto isquémico, se detecta el tejido cerebral irreversiblemente perdido, el que es viable y se puede rescatar, junto a la localización de la arteria cerebral trombosada".
Una vez expuestos los hallazgos radiológicos y las consideraciones clínicas del neurólogo, el neurorradiólogo consensúa con el neurólogo el tratamiento idóneo para cada paciente, además de efectuar el tratamiento endovascular cuando esté indicado. "Esta intervención requiere una gran precisión por parte del neurorradiólogo para la cual se necesita una alta especialización", ha destacado Díaz.
"En muchas ocasiones la recuperación del paciente es inmediata y la apreciamos en el propio quirófano, pero lo más habitual es que la mejoría la veamos pasadas unas horas, o incluso días, durante su estancia en la Unidad de Ictus. También hay veces en que a pesar de que podamos extraer el trombo con éxito, el paciente no mejora debido a que el cerebro no ha soportado el tiempo que ha estado sin recibir sangre", ha puntualizado el especialista.