MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los expertos en dolor crónico han advertido, en el marco del XVII Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED), de que los pacientes con dolor crónico en España necesitan una normativa que les permita acceder con normalidad a su tratamiento con cannabis medicinal.
"En España ya hay pacientes tratados satisfactoriamente con cannabis medicinal, pero que, debido a la ausencia de una regulación al respecto, se encuentran en una situación de inseguridad jurídica y sanitaria. Esta ausencia regulatoria supone un problema, puesto que todas las personas que utilizan el cannabis con fines médicos lo realizan al margen del sistema sanitario y se ven obligados a recurrir al mercado negro, clubes o autocultivo", han señalado los especialistas.
El uso terapéutico del cannabis cuenta con un amplio apoyo social en España, ya que, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más del 90 por ciento de la ciudadanía se muestra a favor de la regulación. Sin embargo, España y Bélgica son los únicos países de su entorno que no han iniciado ningún proceso regulatorio sobre el uso de este producto.
Ahora bien, en el caso español, ya se están dando pasos importantes. De hecho, este mismo jueves, 14 de octubre, se celebró la primera sesión en el Congreso de los Diputados de la 'subcomisión al objeto de analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal' que durante seis meses estudiará, a partir de los ya más de 40 países donde está regularizado el uso terapéutico de los cannabinoides, las fortalezas y debilidades de sus modelos regulatorios y, a su vez, consultará la opinión de médicos expertos.
Varios especialistas en dolor crónico han ahondado en esta compleja situación en la sesión 'A vueltas con el cannabis' que se ha celebrado en el Palacio Euskalduna de Bilbao durante el XVII Congreso de la Sociedad Española del Dolor.
Respecto al funcionamiento y eficacia del cannabis medicinal, el doctor Pedro Grandes Moreno, catedrático de Anatomía y Embriología Humana de la UPV/EHU y presidente de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides (SEIC), ha indicado que "entre las principales indicaciones del tratamiento con cannabinoides se encuentra el dolor oncológico (los síntomas activos secundarios al cáncer y el alivio de los efectos producidos por la quimioterapia) y el neuropático".
"De hecho, diversos estudios reflejan que, en estos casos concretos, el uso de cannabinoides aumenta el número de pacientes que alcanzan el 30 por ciento de reducción del dolor", ha apuntado.
Ahora bien, pese a estos resultados, el especialista ha querido ser claro a la hora de señalar que los cannabinoides no han demostrado ser eficaces a la hora de paliar cualquier tipo de dolor: "Se está investigando su aplicación en la fibromialgia y el dolor inflamatorio, pero todavía no se cuenta con resultados concluyentes al respecto".
Acerca de cuándo recurrir a estos productos, el catedrático de la UPV/EHU ha explicado que, en la actualidad, los cannabinoides no constituyen un tratamiento de primera elección y se recurre a ellos como opción adyuvante junto a otras medicaciones, o cuando otros fármacos ya no son eficaces, por ejemplo, en el manejo de la rigidez muscular asociada con la esclerosis múltiple".
Por otra parte, los efectos adversos o indeseados del uso de cannabinoides son numerosos y no deben pasarse por alto. Así, Grandes Moreno ha explicado que, "como cabe de esperar, la mayoría de los problemas están relacionados con la afectación del sistema nervioso central".
"Además de la euforia propia del cannabis, se ha observado que estos productos pueden provocar sedación, alteración del habla, mareos, trastornos musculares y del movimiento, somnolencia, déficits de memoria y atención, hipotensión e, incluso, trastornos psiquiátricos", ha puntualizado.
En base a todas estas evidencias, el especialista ha destacado la importancia de esperar a la regulación del uso del cannabis con fines médicos. "El cannabidiol es el protagonista de la mayoría de trabajos orientados a la utilización terapéutica de los cannabinoides por carecer de psicoactividad (capacidad para provocar cambios en el estado de ánimo, la percepción, los pensamientos, los sentimientos o el comportamiento). Sin embargo, hacen falta estudios sólidos (todavía no se cuenta con ellos) para conocer sus efectos a largo plazo en los diferentes grupos de población, así como sus efectos adversos", ha concluido.