MADRID 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
El responsable de la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Ruber Internacional, César Casado, ha destacado los beneficios que aporta a los pacientes la microcirugía como tratamiento del linfedema.
Así, ha explicado que se trata de una técnica que se centra en la recuperación funcional del sistema linfático, ya sea mediante la derivación de la linfa acumulada hacia el sistema venoso mediante intervenciones microquirúrgicas de alta precisión o mediante el trasplante de ganglios linfáticos de zonas prescindibles a áreas donde han sido extirpados otros ganglios por causa tumoral.
El linfedema, una enfermedad caracterizada por la acumulación de líquido linfático en diversas áreas del cuerpo, puede afectar considerablemente la calidad de vida de los pacientes. Esta condición se debe a una insuficiencia en el sistema de drenaje linfático y puede manifestarse como una patología primaria, originada por una alteración congénita, o secundaria, generalmente a causa de infecciones, traumatismos o intervenciones quirúrgicas como la extirpación de ganglios linfáticos (linfadenectomías) en el tratamiento de tumores.
La forma secundaria del linfedema es la más común y, cuando afecta a las extremidades, suele ser muy incapacitante. Los pacientes experimentan inflamación, dolor severo y recurrentes infecciones cutáneas que alteran significativamente su calidad de vida. Este escenario limita sus actividades cotidianas, llegando incluso a impedirles caminar con normalidad. A pesar de los esfuerzos médicos tradicionales, el tratamiento efectivo del linfedema ha representado un reto histórico para el campo de la medicina.
"Los pacientes realizan un periplo eterno entre fisioterapeutas y médicos buscando solución, sin poder zanjar un problema terrible", ha señalado Casado.
En este contexto, el cirujano plástico del mismo equipo y formado en técnicas avanzadas en centros pioneros de Japón y Corea del Sur Carlos Villar ha subrayado la importancia de las innovaciones desarrolladas en Asia. "Las técnicas microquirúrgicas han supuesto una nueva esperanza para el tratamiento de estos pacientes", ha asegurado Villar.
Aunque los expertos aseguran que estos avances significan un hito en el manejo del linfedema, Villar ha recordado que es fundamental no abandonar las prácticas tradicionales, como masajes, prendas de compresión y ejercicio físico, para prevenir la aparición de síntomas.
"La microcirugía linfático-venosa es una herramienta que marca la diferencia en el abordaje de esta enfermedad, pero no debe hacernos prescindir de tratamientos no quirúrgicos", ha matizado Casado.
Asimismo, Casado ha insistido en la necesidad de un enfoque multidisciplinario para tratar el linfedema, con la colaboración conjunta de fisioterapeutas, rehabilitadores y cirujanos especializados en esta enfermedad compleja y debilitante.