MADRID 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
El acceso a datos para uso secundario y la implantación de un Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS) puede suponer una mejora en la prevención y la prestación de asistencia sanitaria, en la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud y en el desarrollo de tratamientos innovadores y más personalizados, según ha coincidido un grupo de expertos y representantes en el encuentro 'El valor del dato en la investigación biomédica y científica', organizado por MSD en colaboración con la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS).
Así, Cristina Nadal, directora ejecutiva de Government Affairs de MSD en España, ha insistido en la necesidad de encontrar el equilibrio entre la protección de datos de cada individuo y su uso en beneficio de todos: "Consideramos crucial la colaboración entre los diferentes actores implicados, desde la sociedad y los pacientes, pasando por las administraciones públicas, las instituciones y gobiernos, hasta el sector privado. Se deben incluir todos los puntos de vista para construir este espacio común de datos de salud".
Por otra parte, también ha destacado que "los datos de salud son un importante catalizador para impulsar el descubrimiento de terapias innovadoras, especialmente en áreas donde las opciones terapéuticas no existen o son insatisfactorias".
Al hilo, el vicepresidente de SEIS, Jesús Galván, ha señalado que el SNS es un "territorio único" donde los datos y sus metadatos están a disposición de los ciudadanos para su uso directo, y de la ciencia común para avanzar en el conocimiento". "Estamos ante una oportunidad única para contribuir a la ciencia médica de futuro, ganar tiempo a la ignorancia y aportar conocimiento a la vida", ha agregado.
EL DATO SANITARIO COMO INFORMACIÓN DE VALOR: RETOS Y OPORTUNIDADES
La propuesta legislativa sobre el EEDS parte de una iniciativa presentada por la Comisión Europea en mayo de 2022, y busca facilitar el acceso a los datos sanitarios electrónicos y su intercambio a través de las fronteras, tanto para apoyar la prestación de asistencia sanitaria (uso primario de los datos) como para fundamentar la investigación y la elaboración de políticas en el ámbito sanitario (reutilización de datos o uso de datos secundarios).
Para los expertos, el EEDS es un componente fundamental a la hora de permitir que Europa siga teniendo un papel relevante en el desarrollo y fabricación de medicamentos innovadores, dentro de un marco jurídico útil, flexible y comprensible, con el fin de atender a los pacientes que más lo necesitan. En términos económicos, la Comisión Europea estima que su implantación supondrá entre un 20 y un 30 por ciento de crecimiento adicional del mercado digital de la salud y un ahorro de 11.000 millones de euros en los próximos diez años.
Aun así, señalan que existen obstáculos que dificultan la disponibilidad de datos y el desarrollo de un ecosistema de salud digital en la UE. "Hace falta más interoperabilidad y normas entre los sistemas de datos sanitarios, mayor cultura del intercambio y más formación en nuevas tecnologías, garantizando la confidencialidad, seguridad y respeto a los derechos fundamentales de los pacientes", ha explicado Paula Ramírez, directora asociada de Government Affairs de MSD en España.
En concreto, los expertos han advertido de la necesidad de auditar y asegurar la calidad de los datos sanitarios compartidos siguiendo los pasos necesarios en la gestión y gobernanza del dato, para poder convertirlos en información de valor y reutilizarlos en actividades de investigación, innovación, formulación de políticas y reglamentación. "Nuestro SNS maneja una cantidad ingente de datos sin auditar, fundamentalmente historias clínicas electrónicas, para las que aún no tenemos modelos homogeneizados de gestión y sistemas de evaluación con los que medir su calidad y transparencia", ha asegurado Dolores Ruiz, miembro de la Junta Ejecutiva de SEIS.