Extraer sangre antes de la cirugía hepática: una técnica simple que ahorra recursos y mejora la cirugía
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Un amplio ensayo clínico Hospital de Ottawa y la Universidad de Ottawa (Canadá) muestra que la extracción del 10 por ciento de la sangre de un paciente antes de una cirugía hepática importante y su posterior restitución logra reducir las transfusiones a la mitad; esta práctica, conocida como flebotomía hipovolémica, podría evitar que uno de cada 11 pacientes que se sometan a esta cirugía necesiten una transfusión.
"La pérdida de sangre es una de las principales preocupaciones en la cirugía hepática. Extraer medio litro de sangre justo antes de una cirugía hepática importante es lo mejor que hemos encontrado hasta ahora para reducir la pérdida de sangre y las transfusiones", destaca el doctor Guillaume Martel, coautor principal, cirujano y científico que ocupa la Cátedra Arnie Vered Family de Investigación Hepatopancreatobiliar en el Hospital de Ottawa y la Universidad de Ottawa.
"Funciona reduciendo la presión sanguínea en el hígado. Es seguro, simple, económico y debería considerarse para cualquier cirugía hepática con un alto riesgo de sangrado", añade el investigador, quien ha publicado su estudio en 'The Lancet Gastroenterology & Hepatology'.
Entre un cuarto y un tercio de las personas que se someten a una cirugía hepática importante necesitarán una transfusión. El cáncer es la causa más común de estas cirugías y recibir una transfusión durante la cirugía o poco después posiblemente esté asociado con un mayor riesgo de que el cáncer regrese.
"Ahora que hemos demostrado que extraer sangre antes de una cirugía de hígado reduce las transfusiones, estamos difundiendo la información y enseñando a nuestros colegas cómo hacerlo", comenta el coautor principal, el doctor François Martin Carrier, anestesiólogo y especialista en medicina de cuidados intensivos del Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal, que ocupa la Cátedra Héma-Québec - Bayer en Medicina Transfusional en la Universidad de Montreal (Canadá).
"Los proveedores lo encuentran simple después de haberlo hecho una vez, y el impacto en la cirugía es dramático. Ahora es el estándar de atención en los cuatro hospitales que participaron en el ensayo, y otros hospitales de todo el mundo deberían comenzar a adoptarlo después de conocer nuestros resultados", añade.
En el ensayo más grande de su tipo, se reclutaron 446 personas que se sometieron a una cirugía hepática mayor entre 2018 y 2023 en cuatro hospitales canadienses (el Hospital de Ottawa, el Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal, el Centro Hospitalario Universitario de Sherbrooke y el Hospital General de Vancouver). Una vez bajo anestesia, los pacientes fueron asignados aleatoriamente para recibir flebotomía hipovolémica o atención habitual. Sólo el anestesiólogo sabía qué pacientes estaban en qué grupo.
En el caso de los pacientes del grupo de flebotomía hipovolémica, el anestesiólogo extrajo el equivalente a una donación de sangre (unos 450 ml) en una bolsa de sangre antes de la cirugía. Si el paciente necesitaba sangre durante la cirugía, se utilizó su sangre primero. De lo contrario, se volvió a infundir antes de que despertara.
Según los datos del banco de sangre del hospital y los registros médicos de los pacientes, el 7,6 por ciento de los que se sometieron a una flebotomía hipovolémica (17 de 223) recibieron transfusiones de sangre en los 30 días posteriores a la cirugía, en comparación con el 16,1 por ciento (36 de 223) de los que recibieron la atención habitual. La flebotomía hipovolémica no causó más complicaciones que la atención habitual. Los cirujanos también dijeron que la flebotomía hipovolémica facilitó la cirugía, porque había menos sangre que tapaba los lugares donde debían cortar. La pérdida de sangre estimada media fue de 670 ml con la flebotomía hipovolémica, en comparación con los 800 ml con la atención habitual.
"Las transfusiones de sangre pueden salvar vidas, pero si no necesitas una para salvar tu vida, es mejor evitarla. La sangre es un recurso preciado y limitado que debemos preservar lo más posible para quienes más lo necesitan", resume el autor principal, el doctor Dean Fergusson, director Científico Adjunto de Investigación Clínica y científico principal del Hospital de Ottawa y profesor de la Universidad de Ottawa.