MADRID 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Aún persisten grandes incertidumbres sobre el impacto de los bloqueadores de la pubertad y la terapia hormonal de afirmación de género en niños y jóvenes con problemas de género (disforia de género), lo que hace imposible determinar de manera concluyente si ayudan o dañan, según encuentran dos análisis de datos agrupados de la evidencia disponible, realizado por expertos de la Universidad McMaster, en Canadá.
Los resultados del estudio, publicados en 'Archives of Disease in Childhood', reflejan los de la revisión de Hilary Cass sobre los servicios de identidad de género en el NHS, publicada en abril pasado. En ella se llegó a la conclusión de que la evidencia sobre el uso de bloqueadores de la pubertad y hormonas masculinizantes y feminizantes para el malestar relacionado con el género (malestar psicológico causado por un desajuste entre el sexo de nacimiento y la identidad de género) era totalmente insuficiente, lo que impedía medir su eficacia o su impacto en la salud mental y física.
Con el objetivo de fortalecer la base de evidencia e informar la práctica clínica y las políticas, los investigadores canadienses reunieron los resultados de la investigación disponible sobre el uso de bloqueadores de la pubertad y la terapia hormonal de afirmación de género, o GAHT por sus siglas en inglés, en niños y jóvenes con angustia relacionada con el género hasta los 26 años.
Los bloqueadores de la pubertad tienen como objetivo retrasar o prevenir el inicio de la pubertad al bloquear las hormonas que provocan los cambios físicos asociados con la identidad de género masculina y femenina. Su uso está prohibido actualmente en el Reino Unido. La GAHT, compuesta por hormonas masculinizantes y feminizantes, tiene como objetivo inducir y mantener las características sexuales deseadas: vello facial o agrandamiento de los senos, por ejemplo.
Las revisiones sistemáticas publicadas previamente sobre los efectos de los bloqueadores de la pubertad y la GAHT en personas con trastornos relacionados con el género no han analizado los datos agrupados de los estudios incluidos, un proceso que mejora la confiabilidad y el rigor científico de los resultados de los estudios individuales y ayuda a resolver hallazgos conflictivos.
En el primero de estos análisis, los investigadores evaluaron y resumieron la certeza de la evidencia sobre los efectos de los bloqueadores de la pubertad en 10 estudios relevantes: 3 estudios observacionales comparativos y 7 estudios de antes y después. Los estudios observacionales comparativos que compararon los bloqueadores de la pubertad con ninguno proporcionaron evidencia de certeza muy baja sobre los resultados de la función global (salud general, calidad de vida y bienestar psicológico) y la depresión.
De manera similar, los estudios de antes y después proporcionaron evidencia de certeza muy baja sobre el impacto de los bloqueadores de la pubertad en la función global, la depresión y la densidad mineral ósea. Después de sintetizar los resultados, los investigadores concluyeron que no había evidencia concluyente sobre la cual basar las políticas y las prácticas.
"Sigue habiendo una considerable incertidumbre sobre los efectos de los bloqueadores de la pubertad en personas que padecen [disforia de género]. Se necesitan estudios prospectivos metodológicamente rigurosos para dilucidar los efectos de esta intervención", escriben.
El segundo análisis tuvo como objetivo aclarar el impacto psicológico y físico de la GAHT e incluyó 24 estudios relevantes: 9 estudios observacionales comparativos; 13 estudios de antes y después; y 2 series de casos.
Tanto los estudios comparativos observacionales como los de antes y después proporcionaron evidencia confirmatoria muy baja de cualquier cambio sustancial, y solo un estudio observacional indicó que la GAHT podría reducir el riesgo de depresión. La serie de casos proporcionó evidencia de certeza muy baja sobre la muerte por suicidio y evidencia de certeza alta a moderada sobre los eventos cardiovasculares.
Los investigadores insisten en que no hay suficientes pruebas de alta calidad en las que basar las políticas y las prácticas y concluyen: "Existe una considerable incertidumbre sobre los efectos de la terapia hormonal de afirmación de género (GAHT, por sus siglas en inglés) y no podemos excluir la posibilidad de que sea beneficiosa o perjudicial. Se necesitan estudios prospectivos metodológicamente rigurosos para producir pruebas de mayor certeza".
