MADRID 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Northwestern Medicine, afiliado a la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern (Chicago, Estados Unidos), han demostrado que el fármaco fulvestrant, un antiestrógeno usado en la actualidad para tratar un determinado tipo de cáncer de mama avanzado, revierte las hernias inguinales en ratones macho sin necesidad de emplear cirugía.
El estudio, publicado en 'Journal of Clinical Investigation', sugiere que los hombres también responderían a este medicamento como lo hicieron los ratones machos, por lo que los autores defienden que en un futuro se podrá intentar reparar en humanos las hernias inguinales que requieran cirugía empleando este fármaco.
A los 75 años, la mitad de los hombres desarrollan una hernia inguinal, una protuberancia que se produce cuando el tejido blando empuja a través de un punto débil en los músculos abdominales. Aunque son comunes, se desconoce la causa de estas hernias y el único tratamiento es la cirugía para reparar el área debilitada. Incluso después de la cirugía, estas hernias vuelven a aparecer en el 10 al 15 por ciento de los hombres.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos realizaron dos experimentos: uno en ratones y otro en tejido humano. El primero de ellos, que inyectó fulvestrant en los animales, inhibió el receptor de estrógeno ESR1 en ellos, lo que ayudó a reducir las hernias grandes y a restaurar a los ratones a su anatomía saludable.
En el brazo humano del estudio, los científicos realizaron dos biopsias a cada participante (una en el lugar de la hernia y otra en un músculo sano adyacente) y encontraron los mismos marcadores biológicos que en el modelo de ratón. Un análisis posterior mostró que el estrógeno y el ESR1 activan un conjunto de genes vinculados con la cicatrización excesiva de los tejidos, patrones que coinciden con los observados en el tejido de hernia de pacientes humanos.
Además, el estudio ha encontrado la causa probable de las hernias inguinales, que estaría vinculada al receptor de estrógeno alfa (ESR1), que juega un papel clave en el desencadenamiento del crecimiento de ciertas células del tejido conectivo y la acumulación de tejido fibroso, lo que conduce al desarrollo de hernias inguinales.
"Esperamos que el estrógeno/ESR1 sea un objetivo molecular prometedor para desarrollar tratamientos farmacéuticos para la hernia inguinal en hombres", ha señalado el autor correspondiente del estudio, Hong Zhao, quien es profesor de investigación de obstetricia y ginecología en Feinberg.