MADRID 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
La radióloga vascular e intervencionista del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, la doctora Eva Castro, ha explicado que un proceso de embolización puede eliminar el dolor de la fascitis plantar en pacientes que no responden a tratamientos conservadores, como los estiramientos, los masajes, las plantillas para el calzado, las punciones de la fascia con administración de distintas medicaciones o las ondas de choque.
"La mayoría de las veces, alrededor de en un 90 por ciento de los casos, hay respuesta al tratamiento conservador. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de pacientes en los que los síntomas persisten tras más de seis meses, es necesario valorar técnicas invasivas como la cirugía", ha señalado la experta, miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI, en un comunicado de la organización.
Castro ha aseverado que la embolización es una alternativa a la cirugía para estos pacientes, que consiste en una punción arterial para realizar un cateterismo de la arteria tibial posterior, que es la que lleva la sangre a las arterias de la planta del pie, para llevar a cabo un estudio de la vascularización de la zona afectada, que se emboliza con un material que ocluye esas arterias temporalmente para disminuir la inflamación.
Además, ha afirmado que existe en otra opción, basada en el mismo tratamiento, que consiste en pinchar directamente la arteria tibial posterior y administrar directamente en ella el material de embolización, todo ello dirigido por ecografía.
"Hablamos de tratamientos mínimamente invasivos con los que se consiguen eliminar los síntomas en la mayoría de los casos y que el paciente esté sin dolor durante más tiempo", ha añadido Castro, quien apunta a que "lo ideal" es conocer todas las opciones de tratamiento que existen y seleccionar la mejor o las mejores para cada paciente.
Otros tratamientos alternativos son la punción seca de la fascia y la posterior infiltración perifascial de corticoide que, "para evitar el dolor del procedimiento, se efectúa previamente un bloqueo del nervio tibial posterior, que consiste en inyectar anestesia alrededor del nervio que está en relación con la zona de la fascia plantar", tras lo que ha subrayado que es frecuente el uso de otras terapias como la infiltración de una sustancia conocida como PRP (plasma rico en plaquetas).
La especialista ha expresado que el síntoma más habitual de la fascitis plantar es el dolor crónico en la planta del pie, en el talón o en la zona media del pie, hacia la región interna; un dolor que es más intenso al empezar a caminar después de un tiempo en reposo, como al levantarse por la mañana, y después de mucho tiempo de pie o caminando, y afecta sobre todo a adultos (mayoritariamente hombres) entre 45 y 65 años.
"Hay distintos factores que provocan esta inflamación, pero los traumatismos repetidos en la zona por sobreuso representan la causa principal de la fascitis plantar. Por esto, es más frecuente en personas con sobrepeso o que pasan muchas horas de pie. La sospecha clínica por el tipo de dolor que cuenta el paciente se confirma mediante ecografía o resonancia magnética, en las que se visualiza la fascia engrosada por encima de los cuatro milímetros", ha agregado.