MADRID, 23 Dic. (EDIZIONES) -
¿Por qué en invierno contraemos tantas infecciones? Posiblemente que no hay nadie que se libre en los meses más fríos del año de, al menos, contraer un catarro. Es súper frecuente que enfermemos en estos meses del año. Estamos fundamentalmente en lugares cerrados y en contacto más estrecho con otras personas que en otros momentos del año. Pero también hay más razones.
Según nos explica durante una entrevista con Infosalus la doctora Concha Gimeno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), en invierno contraemos tantas infecciones porque también nuestro organismo funciona 'diferente'.
Cuenta en primer lugar para entenderlo que la mucosa que recubre las vías respiratorias en la parte más alta (nasal, traqueal) está formada por células ciliadas y células productoras de moco. "El moco atrapa los microorganismos (bacterias, virus), y estos son expulsados más fácilmente por el movimiento ciliar hacia el exterior. Cuando hace frío, el movimiento ciliar se ralentiza y este mecanismo de expulsión de los microorganismos funciona más lentamente o simplemente deja de funcionar", advierte.
También, argumenta esta experta que las células de la mucosa epitelial respiratoria se alteran con el frío, y son más fáciles de colonizar por virus (rhinovirus, coronavirus, virus de la gripe, por ejemplo), los que, además, permitirán con más facilidad la replicación de bacterias respiratorias, como por ejemplo el neumococo.
LOS PROTAGONISTAS: LOS VIRUS RESPIRATORIOS
Así, precisa la doctora Gimeno que las infecciones más frecuentes en esta época del año son las producidas por los denominados virus respiratorios; siendo el más frecuente el virus del resfriado común o rhinovirus.
Aquí recuerda la portavoz de la SEIMC que uno de los virus respiratorios que fue responsable de la pandemia de 2020, el SARS-CoV-2, es también un virus respiratorio que no tiene carácter estacional, sino que aparece por oleadas, y dependiendo de la población susceptible a las nuevas mutaciones.
"En noviembre y diciembre el virus respiratorio sincitial (VRS) afecta a niños menores de 2 años, así como a los adultos mayores; y es el responsable de las bronquiolitis. Y el virus de la gripe (Influenza A y B) que suele aparecer en invierno, teniendo el pico de incidencia en enero y en febrero", apostilla esta doctora.
CUIDADO CON NIÑOS Y ANCIANOS
Aquí destaca que son los niños y los ancianos con quienes más cuidado debemos tener en este sentido porque son quienes más problemas presentan con el sistema inmune; en el caso de los niños por inmadurez, y en de los los ancianos por problemas de inmunodeficiencia, tal y como precisa.
"Los neonatos suelen estar protegidos durante los seis primeros meses de vida porque tienen los anticuerpos que les pasa la madre durante la gestación y el período de lactancia; pero una vez estos desaparecen tienen que fabricarlos ante cualquier microorganismo que les afecte, teniendo en cuenta también que será la primera vez que tengan contacto con los agentes infecciosos, y esa respuesta primaria es más lenta que cuando ya se ha tenido contacto previo", agrega la doctora, al tiempo que afirma que en el caso de los ancianos, la respuesta inmune es cada vez de menor intensidad y presentan más problemas orgánicos asociados.
QUÉ NOS AYUDA A TODOS A PREVENIR LAS INFECCIONES
Con todo ello, la doctora Concha Gimeno remarca que la prevención de las infecciones respiratorias es muy importante y realmente sí hay medidas eficaces para ello, que las divide en hábitos: higiene de manos, uso de pañuelos desechables, mascarillas cuando estamos resfriados, dieta adecuada rica en vitaminas o con aporte externo, no adicciones (tipo tabaquismo), ejercicio físico, y lactancia materna en el caso de los neonatos.
"Y las otras medidas que son complementarias, pero muy importantes: la vacunación frente a todas las infecciones víricas para las que exista vacuna (gripe, SARS-CoV-2, VRS) y neumococo. Las vacunas son importantísimas para ponernos en contacto con las proteínas antigénicas de los microorganismos (virus y bacterias) y así responder ante ellas produciendo anticuerpos que permitirán reaccionar y neutralizar a los virus y/o bacterias cuando entren en nuestro organismo tras un contagio, impidiendo así la infección", añade.
A su vez, considera esta experta de la SEIMC que el uso de mascarillas sigue teniendo sus ventajas de su uso: "La persona que presenta la infección respiratoria debe llevarla para no eliminar virus y contagiar a los demás. Con sólo ese buen hábito, disminuiría en gran parte la diseminación de los virus respiratorios. También debe ser usada por personas inmunodeprimidas o ancianos en lugares públicos con posibilidad de contagio (hospitales, farmacias, centros de salud, eventos multitudinarios)".
Ve importante también usar pañuelos desechables para sonarse y no contaminar con los mismos ni objetos, ni superficies, ni a otras personas. "No fumar es uno de las formas más claras de prevenir el daño del epitelio respiratorio y, por tanto, de dificultar el que los microorganismos puedan adherirse y penetrar en las células respiratorias", añade.
JALEA REAL, ¿SÍ O NO?
Sobre la alimentación destaca que el aporte de vitaminas, de proteínas, y de carbohidratos, es fundamental para el mantenimiento del sistema inmune y de las células del epitelio respiratorio; al tiempo que señala que las vitaminas del grupo B, y la vitamina A, tienen un efecto protector de la mucosa. "El aporte proteico es fundamental para el mantenimiento adecuado de todos los órganos", resalta.
En cuanto a la toma de suplementos subraya que puede ser efectiva si es necesario su aporte; si bien insiste en que una dieta equilibrada no necesita de aportes extra. Considera que es en la tercera edad, o en la primera etapa de vida en la que podría ser útil.
Uno de los alimentos de los que más se habla cuando se trata el tema de complementos alimenticios o de aquellos otros que debemos incluir en una dieta saludable es la jalea real, tal y como apunta: "La jalea real es un alimento que fabrican las abejas, al igual que la sabrosa y nutritiva miel. Pero la jalea la preparan con la finalidad de alimentar a las larvas en sus primeros días de vida y a la abeja reina, como si fuera una especie de leche materna. La composición de la jalea real destaca porque más de la mitad de su porcentaje es agua. Sin embargo, también se caracteriza por poseer una buena cantidad de proteínas, carbohidratos y lípidos, así como de vitaminas del grupo B, calcio, hierro y magnesio forman parte asimismo de su composición".
Según prosigue la portavoz de SEIMC, se reconocen cualidades de la jalea real para abrir el apetito, y también parece que incrementa las defensas de nuestro organismo, por fortalecer el sistema inmunitario e inhibir, en parte, el crecimiento de virus y bacterias. "De ahí que se comercialice haciendo hincapié en estas propiedades", señala.
QUÉ PASA CON EL DEPORTE
En último lugar, preguntamos a la portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica sobre el deporte, como posible medida a la hora de prevenir infecciones. Dice que, directamente no ayuda a prevenir las infecciones respiratorias, sino que en realidad ayuda a fortalecer la musculatura abdominal y torácica (importante para una mejor función respiratoria), a mejorar la osteoporosis, las articulaciones, la sensación de euforia, y la vitalidad.
"Parece que tiene un efecto de ayuda a la prevención de infecciones, más por todas esas características que como efecto directo. Lo que sí está documentado es que las personas que hacen deporte tienen menos problemas graves cuando presentan infecciones respiratorias", concluye la doctora Gimeno.