MADRID 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) ha pedido este lunes adoptar medidas preventivas para reducir el impacto de la obesidad en la salud digestiva y generar un cambio en la visión de esta enfermedad.
Así lo ha hecho en el marco del Día Mundial de la Obesidad, que se celebra este 4 de marzo. En este sentido, la FEAD ha recordado que en España, el 16,5 por ciento de los hombres y el 15,5 por ciento de las mujeres mayores de 18 años padecen obesidad.
"La situación es especialmente alarmante en la población infantil, con una prevalencia del 13,4 por ciento en niños y del 7,9 por ciento en niñas", ha apuntado la responsable del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y médico especialista del aparato digestivo y nutrición clínica, Pilar Esteban.
Al hilo, Esteban ha indicado que la obesidad "no solo está relacionada con enfermedades metabólicas y cardiovasculares", sino que, además, "afecta directamente al aparato digestivo aumentando el riesgo de padecer distintas patologías", entre las que se encuentran la enfermedad hepática metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), el reflujo gastroesofágico, litiasis biliar, y distintos tipos de cáncer digestivo, entre otras.
Atendiendo a esto, desde la Fundación resaltan que la mayoría de las personas con obesidad mórbida presenta algún grado de afectación hepática como la enfermedad hepática metabólica (MASLD) que puede progresar a esteatohepatitis hepática primero, y sufrir complicaciones dando lugar a fibrosis hepática y cirrosis, aparte de aumentar el riesgo de carcinoma hepatocelular.
En este sentido, la enfermedad hepática metabólica se ha convertido en una prioridad de salud pública debido a su alta prevalecía, las complicaciones que puede originar y su diagnóstico tardío ya que se manifiestan pocos, o ningún síntoma, en sus primeras etapas. Además, la obesidad es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de reflujo gastroesofágico, ya que el exceso de grasa abdominal aumenta la presión intraabdominal, facilitando el paso del ácido gástrico al esófago.
Esto eleva el riesgo de hernia de hiato, esofagitis, esófago de Barrett y adenocarcinoma esofágico, "cuyo riesgo es mayor en personas obesas que en aquellas con peso saludable", señala Esteban.
Igualmente, el exceso de peso puede afectar a la vesícula biliar aumentando el riesgo de padecer cálculos biliares a causa de la hipersecreción del colesterol en la bilis y la disminución de la motilidad vesicular, "lo que suele ser una complicación muy frecuente", apunta la experta.
Atendiendo al colon, la obesidad está relacionada con un mayor riesgo de diverticulosis colónica y diverticulitis aguda, "esto junto con sedentarismo y dieta baja en fibra, favorece la complicación de los divertículos del colon aumentando el riesgo de perforaciones y abscesos", agrega Esteban.
Cabe destacar la fuerte vinculación de la obesidad con el cáncer digestivo siendo un factor de riesgo importante para desarrollar cáncer de esófago, hígado, vesícula biliar, páncreas, colon y recto. En este sentido, factores provocados por un exceso de peso como la resistencia a la insulina, inflamación crónica, alteración de las hormonas intestinales y de la microbiota intestinal favorecen la proliferación celular y el desarrollo de tumores malignos.
"CAMBIO DE PARADIGMA"
El experto de la Sociedad Española de Patologías Digestiva (SEPD) y la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) Javier Crespo ha comentado que la obesidad es una enfermedad sistémica, heterogénea, crónica, multifactorial, recurrente y, cada vez, más prevalente siendo una de las que más afectan a la calidad de vida de quienes la padecen.
"Además, es importante destacar que la mitad de personas con obesidad se enfrentan a un estigma social presente en distintas facetas de su vida", ha añadido.
Para el especialista, este estigma muchas veces es consecuencia de una falsa creencia de falta de compromiso, autodisciplina o fuerza de voluntad de las personas enfermas para mejorar esta situación, lo que provoca una percepción más grave y discapacitante que la que puedan tener otras dolencias.
De hecho, esto se extiende hasta el plano sanitario, ya que "en muchas ocasiones los profesionales "han tenido complicaciones a la hora de atender a estos pacientes a causa de no disponer de las opciones terapéuticas más adecuadas lo que ha llevado a escenarios como falta de seguimiento en consulta o la inequidad económica para llevar a cabo el tratamiento", ha explicado Crespo.
Por ello, el experto ha indicado que todo esto no solo pone de manifiesto el impacto social, económico y sanitario de esta enfermedad, sino, además, "la necesidad de generar un cambio encaminado a eliminar este estigma centrado en la investigación, información, educación y respeto hacia esta enfermedad".