Una guía recomienda a los pacientes en tratamiento oncológico nutrir e hidratar su piel para evitar lesiones cutáneas

Archivo - Imagen de archivo de una paciente recibiendo tratamiento de quimioterapia.
Archivo - Imagen de archivo de una paciente recibiendo tratamiento de quimioterapia. - FATCAMERA/ ISTOCK - Archivo


MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

La limpieza, hidratación y fotoprotección de la piel son cuidados fundamentales para que los pacientes eviten lesiones cutáneas durante el tratamiento oncológico, según resalta una guía integral para el cuidado de la piel en este tipo de tratamientos que ha publicado la compañía Accord Healthcare.

El documento explica que durante el tratamiento oncológico con radioterapia, los pacientes de cáncer pueden desarrollar efectos adversos físicos como radiodermitis y pieles hipersensibilizadas, caracterizadas por enrojecimiento, dolor, escozor y descamación seca o húmeda. Del mismo modo, también afecta a la calidad de vida y estado emocional del paciente, pudiendo mermar sus actividades cotidianas.

"En el caso de la radiodermitis, se trata de un conjunto de lesiones cutáneas que aparecen tras la exposición de la piel a las radiaciones ionizantes. El 80 o 90 por ciento de los pacientes desarrollan algún grado de alteración cutánea", ha señalado la facultativa especialista en Oncología Radioterápica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, Marian Estornell.

El objetivo principal del la guía es disminuir la incidencia de radiotermitis, "así como retrasar los primero signos de epitelitis aguda, reducir el grado de toxicidad cutánea aguda, acelerar el proceso de reparación de la piel y mejorar la calidad de vida del paciente", ha detallado Estornell.

En este sentido, la especialista ha asegurado que en caso graves de radiodermitis se puede llegar a interrumpir el tratamiento oncológico. "Estos retrasos o interrupciones al final disminuyen la eficacia del tratamiento, por eso es muy importante la prevención de cara a disminuir la incidencia de la radiotermitis, y que su aparición sea más tardía", ha subrayado.

CUIDADOS DE LA PIEL

La guía recomienda seguir una rutina facial y corporal que, además de cuidar e hidratar la piel, permita protegerla frente a posibles agresiones externas. Esta rutina facial consta de tres pilares fundamentales: limpieza, hidratación y fotoprotección.

En en cuanto a la limpieza, aconseja limpiar la piel cada día al levantarse y antes de acostarse. "El sudor, la polución, las células muertas y las bacterias ensucian los poros, por lo que es recomendable limpiar la piel con jabones para limpieza de la piel con un pH neutro, evitando alterar la barrera protectora de la piel, ya que este tipo de productos son respetuosos con el manto lipídico de la piel. Limpia con agua tibia mediante movimientos circulares sin frotar", recomienda el documento.

Asimismo, la guía apunta a que es importante utilizar productos hidratantes humectantes, emolientes y reparadores del manto lipídico. La hidratación se debe realizar mínimo dos veces al día y no se deben olvidar los labios, señala.

Por último, la fotoprotección es el tercer y último paso de la rutina. Tras la hidratación, se aconseja aplicar siempre un fotoprotector de amplio espectro y con factor de protección de +50 SPF en todas las zonas del cuerpo con exposición al sol, incluidas las orejas. "Este paso es imprescindible en cualquier época del año, ya sea verano como en invierno, incluso en días nublados", subraya el documento.

LA IMPORTANCIA DE UNA VIDA SALUDABLE

La guía hace hincapié en que la práctica regular de actividad contribuye a mejorar la calidad de vida, el bienestar general y la salud física y psicológica, ya que promueve la funcionalidad, autonomía, resistencia, capacidad de recuperación, y socialización a lo largo del proceso de tratamiento y recuperación del cáncer.

Los ejercicios recomendados pueden variar según la condición física, el tipo de cáncer, el tratamiento recibido y los efectos secundarios experimentados. Por lo tanto, se deben adaptar las actividades físicas a las características individuales, basándose en el ritmo, preferencias y objetivos personales.

En este punto, el texto recomienda ejercicios de estiramientos, aeróbicos, de fortalecimiento muscular, de equilibrio y coordinación, actividades de flexibilidad y movilidad articular y ejercicios de respiración y relajación.

Respecto a la alimentación, se aconseja realizar pequeñas comidas frecuentes, tomar suplementos nutricionales, ingerir una cantidad calórica suficiente, comer fibra e hidratarse, así como evitar alimentos picantes y ácidos.

Por todas estas recomendaciones, Vanessa Nueda, expaciente oncológica, ha destacado el papel de la guía para ayudar a las personas que se encuentran en tratamiento. "Es la guía que en su día me habría gustado tener para encontrar la información necesaria. Cuando estás en la visita con tu oncólogo, muchas veces se te olvidan sus recomendaciones, por eso, tener una guía de este tipo elaborada por profesionales puede hacer mucho bien", ha finalizado.