La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a personas de todo el mundo y se caracteriza por convulsiones recurrentes. Estas convulsiones son episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres.
En todo el mundo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 50 millones de personas padecen epilepsia. Con motivo del Día Nacional de la Epilepsia, que se celebra cada año el 24 de mayo, desde Infosalus te explicamos en qué consiste, cómo se trata y, sobre todo, cómo hay que actuar ante una crisis epilépticas.
Los episodios de convulsiones se deben a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales. Las descargas pueden producirse en diferentes partes del cerebro. Las convulsiones pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves. Su frecuencia también puede variar desde menos de una al año hasta varias al día.
SÍNTOMAS Y TRATAMIENTOS
La epilepsia es uno de los trastornos reconocidos más antiguos del mundo, sobre el cual existen registros escritos que se remontan al 4000 a. C. Durante siglos, el temor, la incomprensión, la discriminación y estigmatización social han rodeado a esta enfermedad que, incluso hoy en día, sigue estigmatizando a pacientes y familiares en muchos países.
Desde la OMS recuerdan que la epilepsia se define por dos o más convulsiones no provocadas, ya que una sola convulsión no significa epilepsia. De hecho se estima que hasta un 10 por ciento de la población mundial sufrirá una convulsión a lo largo de su vida.
Las características son variables y dependen de la zona del cerebro en la que empieza el trastorno, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento, y trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de otras funciones cognitivas.
En cuanto al tratamiento, hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos la epilepsia se puede tratar de manera fácil y asequible con medicación. En estos casos, después de 2 a 5 años de tratamiento eficaz y una vez desaparecidas las convulsiones, los medicamentos se pueden retirar a un 70% de los niños y un 60% de los adultos, sin riesgo de ulterior recaída.
Mientras que el 10 por ciento de los enfermos epilépticos que no responde a la medicación son candidatos a la cirugía de la epilepsia. El neurólogo especialista en epilepsia debe realizar una evaluación completa con el apoyo de neuropsicólogo, neuroradiólogo y otros especialista.
Además, cada vez se usa más el estimulador del nervio vago es un instrumento eléctrico que se coloca en el pecho, debajo de la piel y tiene un electrodo que se conecta al nervio vago en el cuello. El sistema se instala mediante una intervención quirúrgica. Este instrumento emite un impulso eléctrico de baja frecuencia y baja intensidad que puede ser regulado por el propio paciente.
¿QUÉ HACER ANTE UNA CRISIS EPILÉPTICA?
La Sociedad Española de Neurología (SEN) recuerda el protocolo de actuación que se debe seguir en caso de tener que ayudar a uno de estos pacientes durante una crisis convulsiva. Así, ante la posibilidad de tener que asistir a una crisis convulsiva generalizada, los neurólogos consideran primordial:
- No perder la calma y no movilizar al paciente del sitio en el que se encuentre.
- No introducirle nada en la boca, y colocarlo de lado para evitar que se atragante o ahogue.
- No sujetarle las extremidades mientras convulsiona, para evitar lesiones.
- Evitar, en la medida de lo posible, que se golpee la cabeza.
- Esperar a que se recupere totalmente y esté orientado.
Además, es necesario acudir a Urgencias en determinados casos, tales como si se trata de una mujer embarazada, si se ha producido un traumatismo importante, si entre una crisis y otra no se recupera la conciencia, o si la convulsión dura más de 5 minutos y no se recupera el nivel de conciencia normal, en los minutos siguientes al ataque de epilepsia.
EPILEPSIA EN NIÑOS
Es de especial preocupación para profesores y padres es qué nivel de riesgo es aceptable para un niño con epilepsia. ¿Puede llevar una vida normal, hacer deporte, nadar, acudir a actividades extraescolares (campamentos de verano, por ejemplo)? o, por el contrario, ¿debe estar especialmente protegido?
Según señalan desde el grupo de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología, la decisión es difícil y depende en gran medida del tipo de crisis y frecuencia de las mismas. En general, es conveniente que lleve una vida lo más "normal" posible, para lo que se precisa una buena comunicación entre padres y profesores y un conocimiento de la enfermedad por ambas partes.
Otro de los problemas que preocupan es que el niño pueda sentirse discriminado y rechazado por parte de profesores y compañeros. Las crisis epilépticas, especialmente las convulsiones, provocan con frecuencia 'miedo' en los que la observan (profesores y compañeros del niño), lo que hace que se tienda a apartar al niño de la actividad normal. Algo, que recuerdan los expertos, no beneficia al niño debe, en la medida de sus posibilidades, realizar una vida normal.