Qué hacer si se detecta un bulto en el cuello: recomendaciones de un cirujano

Archivo - Un cirujano recomienda una evaluación médica de cualquier tipo de tumoración en el cuello - RUBER INTERNACIONAL - ARCHIVO

   MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Ruber Internacional, el doctor César Canales Bedoya, ha recomendado acudir al médico para una evaluación ante la aparición de cualquier tipo de tumoración en el cuello pues, a pesar de que la mayoría suelen ser de tipo benigno, pueden existir casos de enfermedades más serias.

   A pesar de que la aparición de un bulto puede generar preocupación, el doctor Canales ha instado a "mantener la calma" y a considerar diversos factores como el tamaño, teniendo en cuenta si es pequeño o si ha crecido con el tiempo; si se mueve al presionarlo o permanece fijo; si causa molestias o es indoloro; o si hay síntomas asociados como fiebre, cambios en la voz, dificultad al tragar o pérdida de peso.

   "Si bien muchas tumoraciones en el cuello pueden deberse a infecciones leves que provocan la inflamación de los ganglios linfáticos, también es posible que se trate de una condición más compleja. Por eso, es importante acudir a un médico especialista para una valoración oportuna", ha añadido el doctor.

   Entre las causas benignas que pueden provocar la aparición de este tipo de tumoraciones se encuentran los ganglios linfáticos inflamados, generalmente como consecuencia de infecciones virales o bacterianas; lipomas, unos tumores de tejido graso que no suelen representar peligro; quistes congénitos, unas malformaciones presentes desde el nacimiento; tumores benignos del tiroides, unos nódulos tiroideos no cancerosos; tumores de glándulas salivales, normalmente de origen no maligno; o abscesos, una acumulación de pus provocada por una infección localizada.

   Sin embargo, el especialista ha advertido de que también existen tumoraciones malignas como los linfomas, un cáncer que afecta al sistema linfático; el cáncer de tiroides, que puede presentarse con nódulos en la glándula tiroidea; la metástasis, fruto de la propagación de células cancerosas de otros órganos como pulmón, cabeza y cuello, mama o estómago; tumores de glándulas salivales, de los que algunos pueden ser malignos; o el cáncer de faringe, laringe o cavidad oral, normalmente asociados a factores como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

   "Detectar la enfermedad a tiempo puede influir considerablemente en el tratamiento y evolución del paciente", ha señalado Canales, quien ha detallado que para obtener un diagnóstico certero se realiza una historia clínica "detallada", un análisis de laboratorio y pruebas de imagen como una ecografía, que permite visualizar la estructura de la tumoración; una tomografía computarizada, que aporta información detallada de la zona afectada; o una biopsia o citología por aspiración con aguja fina (PAAF), utilizada para determinar la naturaleza del tejido afectado.

   El hecho de obtener este diagnóstico preciso sirve para "definir el tratamiento más adecuado" para cada paciente, ya sea una intervención quirúrgica, tratamiento médico o seguimiento clínico.