MADRID, 23 Abr. (INFOSALUS) -
Son procesos muy aparatosos ya que suponen la dispersión de la sangre a todo el ojo a través de sus distintas capas pero como todo hematoma no revisten gravedad. Sus posibles causas son muchas, desde pequeños traumas hasta la tos o un estornudo, un ascenso de la presión intraocular, un rascado o frotarse el ojo.
DERRAME EN EL OJO
Según explica a Infosalus el doctor Moisés Robledo del Corro, secretario de Información de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en consulta cuando llega una persona con un derrame lo primero que se hace es transmitir tranquilidad y tomarle la tensión.
"Alguna vez se observa en pacientes con hipertensión, en los que un aumento de la tensión ha dado lugar al derrame pero esto sucede en pocos casos. Se examina si se están tomando antiagregantes ('Aspirina') o anticoagulantes ('Sintrom') ya que estas personas son más propensas a los hematomas en la piel o a sangrar por la nariz", explica Robledo del Corro.
FACTORES DE RIESGO EN UN DERRAME OCULAR
Los factores de riesgo para tener derrames son ser diabético o hipertenso ya que son condiciones que dan lugar a alteraciones en los vasos sanguíneos incluidos los de los ojos, más aún en el caso de la diabetes. En gente joven las causas más comunes son el aumento de la presión en los vasos más finos del ojo que puede dar lugar a una extravasación debido a tos o estornudos o un pequeño traumatismo.
NO HAY PLAZOS PARA LA RESOLUCIÓN DE UN DERRAME EN EL OJO
No hay plazos para la resolución de un derrame en el ojo, pues puede tardar entre una o dos semanas, y suele ir cambiando de coloración como sucede en el caso del resto de hematomas que se producen en otras partes del cuerpo.
Se pueden presentar síntomas menores como picor pero hay que evitar el rascado y la fricción ya que en estos casos se puede ampliar el hematoma. "Lo básico es tranquilizarse ya que no hay colirios ni ningún tipo de producto sanitario que acorte el proceso", añade el doctor.
Según señala el facultativo, dos son las circunstancias que requieren una consulta clínica inmediata: un dolor fuerte, que no tiene que ver con que el derrame genere una sensación de calor en la zona y una molestia menor, y en segundo lugar un trastorno en la visión normal.
Si hay déficit visual o dolor hay que hacer pruebas de agudeza visual y un fondo de ojo. Si se ha producido un traumatismo que ha afectado al ojo y originado el derrame hay que asegurar que no se han visto afectados córnea e iris y valorar la necesidad de pruebas posteriores.