MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una prótesis de rodilla puede mejorar enormemente la calidad de vida de un paciente, pero también genera casi 9 kilos de residuos, de los cuales aproximadamente la mitad "suponen un riesgo biológico y requieren un tratamiento de alto consumo energético para su eliminación segura".
Así lo advierte un estudio de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) que cuantifica los efectos de la asistencia sanitaria en el medio ambiente y, en este caso, se centra específicamente en una especialidad que genera muchos residuos y consume mucha energía: la cirugía ortopédica.
Los investigadores revisaron la bibliografía científica y descubrieron que, aunque los datos son todavía escasos, los esfuerzos por reducir la huella de carbono de la cirugía ortopédica podrían tener un "gran impacto".
Según sus cálculos, una operación de cataratas puede liberar el equivalente a 181,8 kilogramos de dióxido de carbono, más o menos lo mismo que un coche que recorre 506 kilómetros.
Aunque la sanidad es uno de los mayores sectores a nivel mundial, su impacto ambiental suele pasar desapercibido. Representa el 10 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, y los quirófanos generan entre el 20 y el 33 por ciento del total de los residuos hospitalarios.
"Las salas de cirugía tienen un gran impacto ambiental, en parte porque muchos de los artículos de los que dependen son productos desechables de un solo uso, como batas, guantes, instrumentos quirúrgicos y envases. Apenas estamos empezando a conocer los impactos del campo, pero sabemos que los hay. También sabemos que se necesita más investigación para definir realmente las mejores prácticas para reducir los impactos ambientales, el cambio climático y trabajar hacia una economía circular", explica una de las coautoras de la investigación, Melissa Bilec.
Los investigadores examinaron los estudios que evaluaron el impacto de los procedimientos quirúrgicos mediante la realización de una auditoría básica de residuos, en la que se recogen, clasifican y pesan todos los residuos, o una evaluación más compleja del ciclo de vida (ECV), que cuantifica el impacto medioambiental global de los recursos utilizados.
Algunas de las intervenciones en cirugía ortopédica son el uso de anestesia y técnicas de fabricación de menor emisión, el rediseño de los envases a medida, la limitación de los dispositivos y materiales de un solo uso, la minimización de los equipos en las bandejas, la separación adecuada de los residuos y el reciclaje.
Estos cambios pueden suponer una diferencia significativa. Por ejemplo, los autores señalan que recientemente se ha popularizado la cirugía de manos sin dormir al paciente como alternativa a la anestesia sedante. Un estudio descubrió que el cambio a este método, junto con la reducción del número de suministros quirúrgicos utilizados para procedimientos más pequeños, supuso una disminución de 2,8 toneladas de residuos y más de 13.000 dólares en suministros.