MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los sistemas anticuados de suministro y distribución de vacunas están retrasando y limitando el impacto que tienen las vacunas en la salvaguardia de la salud de las personas, según los editores de una colección de nuevos artículos publicados en 'Vaccine Journal'.
Uno de cada tres países en el mundo experimenta al menos una ruptura de por lo menos una vacuna durante al menos un mes y del 19 al 38 por ciento de las vacunas en todo el mundo están expuestas accidentalmente a temperaturas de congelación, lo que puede comprometer su potencia.
Algunos países están implementando cambios y adoptando nuevas tecnologías como refrigeradores solares de "accionamiento directo" y rediseñando los sistemas de suministro, lo que eleva la disponibilidad de vacunas y la cobertura, incluso en áreas más remotas, según los editores.
Los 29 artículos forman parte de un suplemento especial de 'Vaccine' coordinado por la organización sin fines de lucro de salud global PATH, con editores invitados de la Fundación Bill & Melinda Gates, UNICEF y la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, que identifican los desafíos y proponen soluciones que los países pueden emplear para modernizar sus cadenas de suministro de inmunización.
"Hay demasiados lugares en el mundo donde las vacunas aún no están llegando a las personas que más las necesitan --dice Steve Davis, presidente y director ejecutivo de PATH--. Tenemos que aplicar las mismas inversiones ambiciosas para dispensar la vacuna que aplicamos para su desarrollo".
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas previenen un estimado de entre 2 y 3 millones de muertes cada año, pero podrían evitarse 1,5 millones de muertes adicionales si la cobertura de inmunización global mejora. En 2015, se estima que 19,4 millones de niños en todo el mundo no recibieron las vacunas de rutina.
Las cadenas de suministro de inmunización --la red de personal, equipo, vehículos y datos necesarios para obtener las vacunas de forma segura del fabricante y llevarlas hasta las personas que las necesitan-- se desarrollaron a finales de los años setenta con el establecimiento del Programa Ampliado de Inmunización.
Sin embargo, desde 2010, los servicios de inmunización se han ampliado con vacunas adicionales, de forma que los programas de inmunización están almacenando y transportando cuatro veces el volumen de las vacunas, según la OMS, y los trabajadores de la salud están administrando hasta seis veces más dosis por persona, incluyendo a niños mayores, adolescentes y adultos.
"Demasiados niños todavía carecen de acceso a vacunas que salvan vidas debido a la existencia de cadenas de suministro anticuadas e ineficientes -lamenta el doctor Seth Berkley, director ejecutivo de GAVI, Alianza de Vacunas--. A menos que impulsemos el cambio y ofrezcamos mejoras globales ahora, los países no tendrán los sistemas en su lugar para proteger a la próxima generación de niños, particularmente a los más vulnerables".
VACUNAS DEMASIADO FRÍAS
Un estudio de la colección publicada en 'Vaccine' encontró que cada año uno de cada tres países en todo el mundo experimenta una ruptura de al menos una vacuna durante un mínimo de un mes. El problema es más pronunciado en el África subsahariana, donde el 38 por ciento de los países se ven afectados por estos desabastecimientos.
Las vacunas más afectadas son las que contienen difteria-tétanos-tos ferina (DTP, por sus siglas en inglés), así como el bacilo 'Calmette-Guerin' (BCG, por sus siglas en iinglés) para la tuberculosis, que representan el 43 por ciento y el 31 por ciento, respectivamente, de los eventos de desabastecimiento detectados. Investigadores de la OMS y el UNICEF encontraron que cuando se produce un desabastecimiento a nivel nacional, hay un 89 por ciento de probabilidades de que los servicios de inmunización se vean comprometidos.
Los autores del estudio utilizaron datos del Formulario Conjunto de Informes Conjuntos OMS-UNICEF y de la Herramienta de Previsión de Vacunas de UNICEF para realizar un análisis en profundidad en 194 Estados Miembros de la OMS. En una búsqueda de causas de raíz, encontraron que, en el 80 por ciento de los casos, las existencias de vacunas eran atribuibles a retrasos en la financiación del gobierno, retrasos en los procesos de adquisiciones y malas previsiones y gestión de 'stocks'.
Muchas vacunas pueden perder potencia perdida si se expone demasiado tiempo a temperaturas fuera del rango recomendado de 2 a 8 grados Celsius. La "cadena de frío" de las vacunas se esfuerza para mantener las temperaturas adecuadas para las vacunas desde las instalaciones de fabricación a las instalaciones de almacenamiento, centros de salud y clínicas de inmunización.
En una revisión bibliográfica de 45 estudios que evaluaron la monitorización de la temperatura de las vacunas en varias regiones del mundo, UNICEF encontró que el 33,3 por ciento de las unidades de almacenamiento en los países más ricos y el 37,1 por ciento en los países de ingresos más bajos contenían vacunas que habían estado expuestas a temperaturas por debajo de los rangos recomendados.
La proporción de envíos de vacunas que se encuentran por debajo de las temperaturas recomendadas fue del 38 por ciento en los países más ricos, en comparación con el 19,3 por ciento en los países de ingresos más bajos. Mientras que los residuos son una preocupación, los autores del estudio dicen que la mayor preocupación es el número de incidentes de congelación que no se detectan, dejando a comunidades inmunizadas vulnerables a brotes de enfermedades.
Ejemplos de esto son: Micronesia, con un brote de sarampión en 2014 en un país con antecedentes de brechas en la cadena de frío durante el transporte; Mongolia, con un aumento de la hepatitis B durante los meses de invierno, y Estados Unidos, con un incremento de las tasas de tos ferina en regiones con un mayor porcentaje de refrigeradores con temperaturas congeladas.
"La expansión del uso de alarmas de congelación y un riguroso monitoreo de la temperatura es fundamental para asegurar que todos los niños tengan acceso a vacunas potentes y salvadoras", propone el doctor Robin Nandy, de UNICEF. "A largo plazo, debemos trabajar para desarrollar productos que puedan soportar mejor las variaciones de temperatura", propone.
La mayoría de los países reconoce que hay que fortalecer las cadenas de suministro de inmunización, pero sólo un puñado ha considerado cómo hacerlo. Con este número especial, 'Vaccine' recopila las últimas pruebas que demuestran que las cadenas de suministro rediseñadas pueden conducir a una mayor cobertura y describe cómo funcionan las cadenas de suministro de "próxima generación" y qué cuesta hacer mejoras significativas.