MADRID 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Universitario Infanta Leonor se ha convertido en el primer centro de España en implantar el acceso yugular para implantar una nueva generación de marcapasos sin cables de tamaño reducido.
En concreto, esta versión mejorada de marcapasos tiene una longevidad media de entre 16 y 17 años, lo cual permite que un perfil más joven de pacientes pueda beneficiarse de esta tecnología.
"La implantación de esta nueva generación de marcapasos sin cables supone un gran avance ya que, gracias a su duración superior a 15 años y a la capacidad de proporcionar sincronía auriculoventricular a frecuencias elevadas, pacientes jóvenes y activos pueden beneficiarse de las ventajas de estos dispositivos", argumentan los cardiólogos Sem Briongos y Álvaro Estévez.
El marcapasos es, actualmente, la forma más habitual de tratar alteraciones en la frecuencia cardíaca y el bloqueo auriculoventricular. De hecho, en España, casi 40.000 personas reciben un implante de marcapasos cada año. El implante de los marcapasos sin cables se realiza comúnmente por acceso femoral con una tasa de éxito superior al 99%.
Con el acceso yugular mediante un catéter, una intervención mínimamente invasiva, se evitan además las complicaciones derivadas de la presencia de cables dentro de las cavidades cardíacas y de una batería alojada bajo la piel mediante un procedimiento quirúrgico.
Este acceso yugular "ofrece un camino potencialmente más directo y seguro para alcanzar posiciones septales, posición correcta donde se libera el dispositivo en el interior del ventrículo derecho", según han destacado los doctores.
"Esto resulta particularmente interesante en pacientes con corazones pequeños o muy dilatados. Además, se presenta como una alternativa al acceso femoral, cuya anatomía puede ser compleja en algunos pacientes, como, por ejemplo, pacientes sometidos a intervenciones previas", explican los cardiólogos del centro.
Asimismo, favorece una movilización temprana de los pacientes, ya que no tienen restricciones de movimiento tras la intervención. Además, se podría realizar el implante de manera ambulatoria, reduciendo así la estancia hospitalaria.
Por último, gracias a la posibilidad de controlar estos dispositivos bajo seguimiento remoto, no requiere que el paciente se desplace al hospital, mejorando así su calidad de vida.
La incorporación de esta terapia en el Hospital Universitario Infanta Leonor está en línea con la apuesta del Servicio de Cardiología, que dirige Roberto Muñoz Aguilera, por incorporar los tratamientos de última generación que supongan un avance en la mejora de la salud, en la seguridad y calidad de vida de los pacientes y en la gestión de los procesos clínicos.