MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha reivindicado durante una rueda de prensa la necesidad de desarrollar proyectos de investigación sobre virus sin cura como el ébola, ya que es otra forma de apoyo a los países sin recursos y podrían evitarse las terribles consecuencias que dejan a su paso este tipo de enfermedades, sobre todo las contagiosas.
En este sentido, destaca lo necesario que es "ayudar a los países que han tenido este brote mediante todos los medios que estén disponibles, porque por sí mismos no están siendo capaces de manejarlo debido a la precariedad de sus sistemas sanitarios".
"Se trata de una epidemia trágica pero no hay más de 2.000 muertos después de meses, sin embargo, patologías como la malaria sí arrastra a miles de víctimas mortales cada día, y no causa tanta impresión ni se habla a diario de ella", puntualiza el infectólogo y vocal de la SEIMC, José Antonio Pérez Molina.
En cualquier caso, el vicepresidente de la SEIMC, el doctor Rafael Cantón, quiere "tranquilizar" a los españoles asegurando que "no existe riesgo" de que el virus de ébola entre en el país, pero "por precaución se han puesto todas los protocolos y medidas de protección necesarios para frenarlo". Según Cantón, "no son medidas demasiado específicas, son universales, es decir, parecidas a las que se aplicarían si el brote fuese de otro virus y no de ébola".
En los países de África donde ha tenido lugar este brote los sistemas sanitarios "son precarios" y los cuidados que se pueden ofrecer en estas unidades no siguen los mismos protocolos que en Europa, de ahí que "un paciente tratado en Europa o en un país avanzado tendrá más posibilidades de sobrevivir", agrega Pérez Molina.
De todas formas, los doctores insisten en la importancia de que los países se esfuercen por "controlar el foco del brote para no tener por qué preocuparse".
NO SE CONTAGIA POR VÍA AÉREA
La SEIMC insiste en que el actual brote del virus de ébola no se contagia por vía aérea, sino que se transmite por contacto con sangre, fluidos y excretas de las personas afectadas. Esto hace que las personas que no estén en el entorno del enfermo "no tendrían que llevar a cabo medidas especiales para evitar el contagio", tal y como explican los expertos.
Tras la muerte del religioso Miguel Pajares en el Hospital Carlos III, explican que el cádaver de una persona que ha sufrido este virus "no entraña riesgos extraordinarios para la población general", asegura Cantón. "Una vez fallecida, debe incinerarse tanto el cuerpo como la ropa que estuvo en contacto con la persona, ya que las cenizas ya no representan peligro y no requieren medidas de seguridad específicas", agrega.
El ébola es un filovirus de origen animal descrito por primera vez en 1976. El cuadro de los primeros síntomas es parecido al de una gripe, con fiebre, dolores articulares y dolores musculares. Después aparecen problemas digestivos (nauseas, vómitos y diarrea), alteraciones neurológicos y una reacción hemorrágica generalizada que acaba afectando a todos los órganos, especialmente a los pulmones, los riñones o el hígado.
La tasa de mortalidad del ébola es del 50-90 por ciento, pero "la calidad de los cuidados que recibe el paciente puede marcar el desenlace final de la enfermedad", comenta Pérez Molina.