MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
La inteligencia artificial mejora el estudio de los embriones en la fecundación 'in vitro', según han evidenciado dos estudios presentados por el grupo internacional GeneraLifeen en el 38 Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, celebrado del 3 al 6 de julio en Milán (Italia).
Concretamente, sus conclusiones revelan que, mediante grabaciones de video en tiempo real del desarrollo de los embriones previo a la implantación y su posterior análisis a través de herramientas con inteligencia artificial, es posible evaluar mejor cuáles tienen más posibilidades de dar lugar a un embarazo a término y cuáles no.
Además de ayudar a decidir de forma más certera qué embriones serán descartados, ya que en países como España y Estados Unidos se realizar una selección más estricta de los embriones a transferir y a congelar. "Poder contar con 'softwares' y herramientas cada vez más avanzadas nos ayuda a que el estudio de los embriones sea más objetivo y a desvincularlo de la evaluación dependiente del operador", ha dicho el director médico de Ginefiv, Joaquín Llácer.
Por un lado, en el primero de los estudios presentados, se evidencia que los embriones que se desarrollan más lentamente son también capaces de una adecuada implantación y de conducir a un embarazo a término. De esta forma, no sería necesario descartarlos, sino ampliar su tiempo de cultivo in vitro a siete días, aumentando con ello el número de embriones disponibles en cada caso y las posibilidades de las mujeres que desean tener un hijo.
"En muchos países el tiempo de cultivo establecido es de 6 días. Sin embargo, los datos del ensayo demuestran que si se hubiera dejado de cultivar en el día 6 estos embriones de más lento desarrollo se habría observado una reducción de más del cuatro por ciento en las posibilidades de embarazo. Un porcentaje bajo pero esencial cuando hablamos de reproducción asistida", ha recalcado el experto.
De hecho, en el estudio se observaron aproximadamente 2.000 blastocistos de más de 600 pacientes durante un periodo de 7 años. Todos los embriones se cultivaron en incubadoras capaces de grabar vídeos continuos del desarrollo preimplantatorio, que después serían analizados por los programas con inteligencia artificial.
Se habla de un colapso cuando se produce una reducción del volumen del embrión humano, que se 'colapsa' sobre sí mismo, para luego volver a expandirse. A partir de esta premisa, el segundo estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología por el grupo de reproducción asistida GeneraLife ha analizado en qué proporción los embriones colapsan, una dinámica que sólo puede analizarse en detalle con 'softwares' de inteligencia artificial.
Así, los investigadores han concluido que el 50 por ciento de los blastocistos sufren al menos un colapso y reexpansión. Por su parte, el co-fundador y director médico de Ginemed, Pascual Sanchez, ha explicado que la importancia del estudio de este fenómeno con 'softwares 'de inteligencia artificial reside en que el colapso genera que los embriones sean menos competentes y suele estar asociado con un mayor riesgo de degeneración.
"Disponer de información más certera y detallada sobre lo que puede ocurrir tras la implantación nos ayuda no solo a conseguir una mayor tasa de embarazo, sino a gestionar mejor las expectativas de las parejas o madres solteras que desean tener un hijo, para quienes puede suponer un impacto emocional pasar por múltiples ciclos de fecundación in vitro", ha añadido.