OVIEDO 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de la Universidad de Oviedo ha analizado las causas por las que los niños y niñas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) presentan peores indicadores de salud bucodental, incluyendo más caries, más extracciones y más sangrado de encías.
Los profesores del Departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo Lucía Fernández Arce y Alberto Lana son los firmantes del artículo, publicado en 'Caries Research', según ha informado en nota de prensa la Universidad de Oviedo.
Los firmantes del artículo han explicado que algunas investigaciones realizadas en otros países ya habían probado que el que TDAH se relaciona también con una peor salud en los dientes y las encías.
La causa puede residir en que los niños con TDAH tengan un ambiente oral diferente ocasionado por los efectos de los fármacos, la composición de los dientes, la saliva o la presencia de microrganismos. Además, estos niños pueden tener más dificultades para lavarse bien los dientes por presentar problemas para procesar la información a través de los sentidos.
TEORÍAS QUE EXPLICAN ESTA PROBLEMÁTICA
Se estima que entre un 3 y un 7% de los niños y niñas de todo el mundo tienen diagnosticado un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, también conocido por las siglas TDAH. Sin embargo, el número total de afectados es mucho mayor porque el TDAH "sigue siendo infradiagnosticado".
Existen diferentes teorías para explicar el porqué de una peor salud bucodenta. Por un lado, la hiperactividad o falta de atención puede dificultar la higiene, ya que a los niños con TDAH se les olvida con más frecuencia cepillarse los dientes o tienen una peor técnica.
Además, suelen tener dificultades para seguir una dieta saludable, y consumen más cantidad de azúcar y menos calcio y vitaminas. También pueden tener más riesgo de accidentes que conlleven traumatismos dentales.
Puede haber otros factores relacionados con el propio trastorno o con su tratamiento, como menor producción de saliva, efectos secundarios de algunos fármacos o distinta composición de los dientes y de los microorganismos de la boca, entre otros.
"Hasta el momento, la mayoría de los estudios se habían realizado con muestras de población muy pequeñas, de otros países y, además, casi nunca tenían en cuenta aspectos muy importantes, como el nivel socioeconómico, la dieta o la higiene oral", ha explicado la investigadora.
MÁS DE 3.400 PARTICIPANTES
Para solventar estas deficiencias, un equipo de investigación de la Universidad de Oviedo realizó un estudio que incorporó a 3.402 niños entre 6 y 14 años de toda España. De estos, seleccionaron a quienes presentaban diagnóstico de TDAH o sintomatología compatible (461 niños y niñas), y compararon su salud bucodental con la de los niños y niñas sin TDAH (2.941).
"Comprobamos que los niños y niñas con TDAH tenían el doble de riesgo de presentar caries dental, y también más riesgo de sangrado de encías, empastes y extracciones", ha agregado Fernández Arce.
Además, a pesar de que los niños con TDAH tenían mayor consumo de dulces y refrescos y se cepillaban menos los dientes, descubrieron que "su mala salud oral era independiente de estos factores".
La investigadora ha agregado que los niños que conviven con este trastorno "tienen más probabilidad de mala alineación de los dientes, de rechinar los dientes o de tener poca saliva, lo que puede desencadenar problemas de salud bucodental".
RECOMENDACIONES
El equipo de investigación de la Universidad de Oviedo insiste en la importancia de que los programas de salud bucodental aborden específicamente los desafíos que enfrenta este colectivo y otras condiciones del neurodesarrollo.
También han apuntado que los profesionales de la odontopediatría proporcionen consultas adaptadas, "no excesivamente largas, con pocos estímulos sensoriales, incorporando técnicas de manejo conductual".
La investigación también invita a "reflexionar sobre la necesidad de no culpabilizar a las familias, no solo porque la experiencia de criar a un niño con TDAH supone un enorme reto, sino porque puede que su peor salud bucodental se deba realmente a factores que escapan a su control".