TOLEDO, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Servicio de Nefrología del Complejo Hospitalario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), contará con una nueva planta de tratamiento de agua de última generación para la Unidad de Hemodiálisis de última generación, en la que está previsto invertir unos 150.000 euros.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha publicado esta semana en el Diario Oficial de la región la licitación para el suministro e instalación de esta nueva planta de tratamiento de agua para diálisis por un importe de 147.798 euros. La fecha límite de presentación de ofertas es el próximo 21 de septiembre.
La nueva planta contará con un proceso de doble ósmosis inversa para el suministro de agua osmotizada --tipo de filtración de agua que elimina compuestos potencialmente dañinos del agua potable--, diseñado especialmente para su uso en hemodiálisis con el fin de asegurar la máxima pureza del agua que se utiliza en estos tratamientos.
La instalación está diseñada para la obtención de un mínimo de 1.500 litros/h de agua, a +15ºC ON-LINE, alimentando hasta un máximo de 32 monitores de diálisis trabajando a un flujo de 0,8 l/min durante tres turnos de trabajo, ha informado el Sescam en un comunicado.
Dispondrá igualmente de un sistema de desinfección térmica, tanto para el anillo de distribución como para las membranas de ósmosis, con el que se evitará cualquier tipo de contaminación por desinfectante de la instalación, además de estar dotado de la posibilidad de realización de desinfecciones químicas.
La planta actual de tratamiento de agua de diálisis del Hospital de Toledo, ubicada en la planta de hemodiálisis, data del año 1991 y a lo largo de estos 25 años ha precisado diversas modificaciones.
INSUFICIENCIA RENAL Y DIÁLISIS
La función de los riñones consiste en eliminar las sustancias de desechos que se generan en el organismo, así como regular el contenido líquido y electrolítico. Cuando los riñones fracasan de manera importante en estas funciones es necesario hacer una terapia renal sustitutoria, en este caso hemodiálisis.
El tratamiento de hemodiálisis precisa de agua que se somete a una serie de procesos como filtrado, descalcificación, cloración y decloración, osmosis inversa y esterilización, dado que el agua potable empleado para el consumo humano no sirve sin este tratamiento.
Este agua procesada presenta las características necesarias para ponerse en contacto a través de unas membranas semipermeables con la sangre de los pacientes en tratamiento, e intercambiar las sustancias entre ambos fluidos.