MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los altos niveles de desnutrición en Burundi provocan que los menores corran un mayor riesgo de morir por ciertas enfermedades, como la malaria, según ha alertado World Vision con motivo de la celebración el 25 de abril del Día Mundial del Paludismo.
"Sus cuerpos están más débiles y no son capaces de hacer frente a otras enfermedades," ha explicado la enfermera Beate Niyungeko a la ONG. La profesional, que ejerce en Burundi, está acostumbrada a ver a diario filas de niños enfermos de malaria que además padecen desnutrición.
Otra enfermera, Marie-Aloys Mukajanse, ha destacado que el número de veces que una persona padece malaria es un reflejo fiel de la falta de alimentos que padece. "Donde uno encuentra desnutrición, encuentra malaria", ha subrayado Marie-Aloys. "El principal problema al que nos enfrentamos es que las mismas personas que se han recuperado vuelven con malaria", ha finalizado la enfermera.
Entre 2015 y 2018 se diagnosticaron 19 millones de casos de malaria en Burundi, un país que tiene una población de 10,5 millones de habitantes. Solo en 2017 se registraron más de 6,4 millones de casos, en su mayoría de niños.
World Vision ha destacado que la malaria se expande en una sociedad en la que 2,6 millones de personas sufren de inseguridad alimenticia. Esto provoca un aumento de la mortalidad entre los que sufren el hambre y la enfermedad. "Malaria y desnutrición se convierten en una espada de doble filo que lleva a millones de niños a la muerte", ha lamentado la organización en un comunicado.
Para combatir este problema, la ONG tiene varias iniciativas en marcha, como la repartición de redes antimosquitos y de paquetes nutricionales (estos últimos, para menores de dos años), así como programas de capacitación a voluntarios para que puedan identificar y tratar casos moderados de malaria.
UNA SITUACIÓN HABITUAL
Para ilustrar el cruce mortal entre malaria y desnutrición, World Vision ha recogido casos como el de Marie-Spes, que ha perdido a uno de sus hijos, de 5 años, por este motivo y ha estado a punto de perder a otra. "Me asustaba el hecho de que ella pudiese morir," ha confesado Marie-Spes a la ONG, hablando sobre la pequeña Chancelline, de un año.
Belyse, una niña de 11 años que vive en una de las áreas más afectadas y que ha padecido malaria varias veces, ha relatado que en su colegio suelen faltar muchos de sus compañeros porque están enfermos.
"El sábado pasado, en un poblado cercano, una de mis compañeras de colegio falleció por culpa de la malaria", ha recordado Belyse a World Vision. En su casa, la mayoría de sus siete hermanos también han padecido esta enfermedad durante 2018 y, hace unos meses, su abuela murió de malaria.