MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
El retraso diagnóstico medio de la espondiloatritis axial (EspA-ax) se ha reducido siete años desde 2009, hasta los dos años y medio, según destaca el 'Atlas de Espondiloartritis Axial en España 2017: radiografía de la enfermedad', que señala este tiempo de espera como uno de los principales problemas a resolver para mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad inflamatoria crónica.
Según la encuesta, únicamente un 25 por ciento de los encuestados había sido diagnosticado en menos de 2 años, mientras que un 50 por ciento tardó más de 6 años y un 25 por ciento más de 12 años. La edad media a la que declararon haber sufrido los primeros síntomas asociados a la enfermedad (dolores, inflamaciones, rigidez) es 24,4 años, mientras que la edad media con la que fueron diagnosticados fue de 32,9 años.
Elaborado por la Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis (CEADE), la Universidad de Sevilla y el Instituto Max Weber, con la colaboración de la Sociedad Española de Reumatología (SER - grupo GRESSER-) y de Novartis, este estudio destaca el "laberinto diagnóstico al que se enfrentan las personas con EspA-ax y la importancia de la correcta derivación para disminuir la discapacidad de los pacientes y aumentar su calidad de vida".
Entre las consecuencias de una mal diagnóstico se encuentra la derivación incorrecta de los pacientes con dolores de espalda de patología inflamatoria por parte de Atención Primaria. De hecho, antes de ser diagnosticado, los pacientes con EspA-ax realizaron más visitas a fisioterapeutas y traumatólogos que a reumatólogos.
"Esto pone de manifiesto el importante papel del médico de primaria para reducir los tiempos de diagnóstico", señalan en un comunicado.
Asimismo, también está el coste ya que, incluyendo visitas y pruebas, asciende a 659,8 euros de media por paciente, aunque el rango varía entre los 39 euros y los 3.136 euros en función del momento de diagnóstico.
EspA-ax afecta a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas limitando la movilidad. Su inicio está caracterizado por la aparición de un dolor inflamatorio en el raquis que interrumpe el sueño en la segunda mitad de la noche y puede obligar al paciente levantarse y por la presencia de una rigidez matutina.