Un mejor uso de algunas vacunas reduciría el uso de antibióticos en 2.500 millones de dosis al año, según la OMS

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MADRID 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluye que las vacunas contra 24 patógenos podrían reducir el número de antibióticos necesarios en un 22 por ciento, es decir, se ahorrarían 2.500 millones de dosis cada año en todo el mundo, lo que ayudaría a hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos (AMR, por sus siglas en inglés).

"Esto es importante porque la AMR está impulsada en gran medida por el mal uso y el uso excesivo de antimicrobianos. Cuantos más medicamentos antimicrobianos se tomen, más se desarrollará la resistencia a los antimicrobianos", ha resaltado el principal autor del estudio, Mateusz Hasso-Agopsowicz, este jueves durante la rueda de prensa celebrada por la agencia sanitaria para presentar el estudio titulado 'Estimando el impacto de las vacunas en la reducción de la resistencia antimicrobiana y el uso de antibióticos'.

La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los medicamentos antimicrobianos, y aumenta el riesgo de enfermedad, muerte y la propagación de infecciones difíciles de tratar. La AMR se debe en gran medida al uso indebido y excesivo de los antimicrobianos. Cada año, un millón de personas mueren por la resistencia a los antimicrobianos y cerca de cinco millones de muertes en todo el mundo se asocian a ella.

A este respecto, las vacunas son una parte esencial de la respuesta para reducir la AMR, ya que previenen las infecciones, reducen el uso y el uso excesivo de antimicrobianos, y frenan la aparición y propagación de patógenos farmacorresistentes.

"En realidad, la resistencia a los antimicrobianos es una especie de carrera entre los microbios o los bichos, que cada vez son más inteligentes para eludir los antimicrobianos o los antibióticos, y el desarrollo de nuevos medicamentos. En los últimos años ha quedado claro que se trata de un grave problema de salud pública, y también de una amenaza para la riqueza y el desarrollo. Significa que las infecciones son cada vez más difíciles de tratar y que las opciones de tratamiento para ciertas enfermedades son cada vez menores", ha explicado el director de Vigilancia, Prevención y Control del departamento de AMR de la OMS, Yvan J-F. Hutin.

El nuevo informe amplía el estudio de la OMS publicado en 'BMJ Global Health' el pasado año. Según recoge, vacunas que ya se utilizan contra la neumonía por neumococo, Haemophilus influenzae tipo B y la fiebre tifoidea podrían evitar hasta 106.000 muertes asociadas a la AMR cada año. Además, se podrían evitar otras 543.000 muertes anuales asociadas a la AMR cuando se desarrollen y apliquen en todo el mundo nuevas vacunas contra la tuberculosis y la Klebsiella pneumoniae.

En concreto, cada año, la vacuna contra Streptococcus pneumoniae podría ahorrar 33 millones de dosis de antibióticos, si se consigue vacunar al 90 por ciento de los niños del mundo, así como a los adultos mayores. La vacuna contra la fiebre tifoidea podría ahorrar 45 millones de dosis de antibióticos, si se acelerara su introducción en los países de alta carga de morbilidad. Mientras, la vacuna contra la malaria causada por Plasmodium falciparum podría ahorrar hasta 25 millones de dosis de antibióticos que a menudo se utilizan para tratar esta.

El informe también recoge que cuando se desarrollen las vacunas contra la tuberculosis se ahorrarán entre 1.200 y 1.900 millones de dosis de antibióticos, una parte significativa de los 11.300 millones de dosis que se utilizan anualmente contra las enfermedades cubiertas por este informe.

La tercera conclusión de este informe tiene que ver con los costes hospitalarios que supone el tratamiento de la resistencia a patógenos, que se estima en 730.000 millones de dólares anuales a escala mundial. Si se pusieran en marcha vacunas contra todos los patógenos evaluados, podrían ahorrarse un tercio de los costes hospitalarios asociados a la AMR, ha concluido el informe. "Esto se debe a que las personas vacunadas no contraen enfermedades con tanta frecuencia, requieren menos estancias hospitalarias largas y costosas, así como tratamientos de segunda y tercera línea de antimicrobianos menos costosos", ha argumentado Hasso-Agopsowicz.

"Este informe es un llamamiento a la acción para las partes interesadas en la inmunización y la AMR a través de tres grupos de recomendaciones", ha señalado Hasso-Agopsowicz. La primera recomendación, según ha detallado, es que los gobiernos, el sector privado y los financiadores deben reconocer el impacto de las vacunas en la reducción de la resistencia a los antimicrobianos e integrarlo en la estrategia de inmunización mundial, regional y nacional contra la resistencia a los antimicrobianos.

La segunda sugerencia es que los países amplién el arsenal de vacunas existentes y asegurarse de que son utilizadas adecuadamente, en especial en los países que tienen una baja cobertura de vacunación. Por último, se pide que los gobiernos, el sector privado y los financiadores inviertan en el desarrollo de vacunas nuevas y mejoradas.

Por su parte, el jefe de unidad del equipo de Investigación de Producto y Entrega del departamento de Inmunización, Vacunas y Productos biológicos (IVB, por sus siglas en inglés) de la OMS, Martin Friede, ha resaltado que este informe permitirá abordar los problemas actuales y los del futuro, emprendiendo la investigación y el desarrollo de vacunas basadas en la mortalidad y morbilidad relacionadas con los antibióticos que se producirá si estas vacunas no se introducen.

DECLARACIÓN DE LA OMS SOBRE RESISTENCIA ANTIMICROBIANA

En la 79ª Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la AMR, celebrada el 26 de septiembre, los líderes mundiales aprobaron una declaración política en la que se comprometían a alcanzar un conjunto claro de objetivos y medidas, entre ellos reducir en un 10 por ciento para 2030 los 4,95 millones de muertes humanas que se calcula que se producen anualmente como consecuencia de la AMR bacteriana.

La declaración hace hincapié en aspectos clave, como la importancia del acceso a vacunas medicamentos, tratamientos y diagnósticos, al tiempo que pide incentivos y mecanismos de financiación para impulsar la investigación, la innovación y el desarrollo sanitarios multisectoriales para hacer frente a la AMR.

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