MADRID, 28 Dic. (EDIZIONES) -
Tras el visto bueno de la EMA a finales de noviembre, la Comisión Nacional de Salud Pública, del Ministerio de Sanidad español, dio luz verde el pasado 7 de diciembre a la vacunación frente a la COVID-19 de los menores entre los 11 y 5 años, que se inició el pasado día 15, y que ha comenzado por las personas de alto riesgo y las cohortes de mayor edad (10 y 11 años).
La vacuna de Pfizer/BioNtech 'Cominarty' en este caso es 'especial' para estos. Contiene un tercio de la dosis usada en los mayores de doce años y consta de dos inyecciones, con 8 semanas de diferencia, al menos, entre una y otra. En niños inmunodeprimidos o vulnerables serán 3 dosis. Son muchos los padres que siguen con dudas de si vacunar a su hijo o no, ya que la COVID-19 no es tan grave en este colectivo.
Según recuerda el Ministerio de Sanidad, la población de cero a 19 años de edad constituye el 19,4 % de la población total española; y más concretamente los de 5 a 11 años representan el 7% de la población total.
"La vacuna de la COVID-19 'Comirnaty' 10 microgramos/dosis ha demostrado que es muy segura. Estados Unidos e Israel, entre otros países, han comenzado a vacunar a la población infantil de 5 a 11 años. En concreto, en Estados Unidos se han administrado maás de 5 millones de dosis hasta ahora (a fecha 8 de diciembre) sin que se haya detectado ninguna señal de alarma", subraya en este sentido el Ministerio de Sanidad.
Para despejar un poco las dudas sobre la vacunación en los niños entre 11 y 5 años entrevistamos en Infosalus a Claudia Fortuny, coordinadora de la Unidad de Infecciones del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, y responsable del programa de vacunación frente al SARS CoV-2 de los pacientes vulnerables pediátricos.
Frente a las dudas de los padres, esta pediatra recuerda que hay millones de dosis administradas de esta vacuna a nivel mundial. "Es una vacuna que podemos ver todos como nueva porque ahora hace justo un año cuando fue comercializada, pero aun cuando nos parezca que es una vacuna que se ha generado con mucha rapidez ha seguido todos los controles establecidos para el resto de vacunas, estrictos y rigurosos, para garantizar su seguridad", asevera.
EFECTOS SECUNDARIOS "RAROS"
Es más, sostiene que la evidencia científica indica que es una "vacuna segura" y que, como ocurre con otros fármacos, se han descrito algunos efectos secundarios. Eso sí, destaca que estos son "raros", y además "menos frecuentes" que cuando estos niños pasan la enfermedad de forma natural.
Según describe, la mayor parte son leves y de corta duración, y no todos los vacunados los padecen. Los más frecuentes son los que tenemos todos, el dolor en el punto de inyección, rojez en el brazo, cansancio, a veces en las horas siguientes hay fiebre, cefalea, cierto malestar; pero que generalmente desaparecen a las 24-48 horas después de haber sido vacunados.
La especialista del Hospital Sant Joan de Dèu reconoce que sí que es cierto que, sobre todo en adolescentes y en adultos jóvenes, se han descrito algunos casos de miocarditis o de pericarditis (inflamaciones que afectan al corazón), que preocuparon al principio, tras la vacunación frente a la COVID-19: "Se ha visto que estas mismas complicaciones o estos mismos efectos adversos, que han sido reversibles y de los que todos los pacientes se han recuperado, se presentan hasta 10 veces más cuando el menor pasa la enfermedad de forma natural. Por lo que la vacuna sigue siendo más segura que pasar la enfermedad".
LA IMPORTANCIA DEL BENEFICIO COMUNITARIO
No obstante, según relata la pediatra, la mayor parte de los padres ven que evidentemente si han tenido a sus hijos enfermos de COVID estos han pasado un cuadro clínico leve, que no requiere por lo general de ingreso hospitalario, y ni mucho menos en UCI. ¿Para qué vacunarles entonces?
"Estamos frente a una vacuna que evita la infección leve y esto hace que los padres consideren si someter a sus hijos a esta inmunización, dado que ellos pueden responder de forma adecuada a la infección o van a presentar clínica muy leve. Pero hay que tener en cuenta otro aspecto importante que tienen las vacunas, que es conseguir que toda la población que quede expuesta al virus quede inmunizada, de forma que se pueda controlar la transmisión de unos con otros. Este será probablemente el único mecanismo que nos podrá garantizar tener bajo control esta pandemia que, por ahora, vemos que no ha sido hasta hoy posible", indica la doctora Fortuny.
Por tanto, según insiste, el beneficio comunitario es el que nos obliga "por responsabilidad y solidaridad" y porque también es cierto que los pacientes y los niños conviven con adultos, que hemos de proteger, y que los hay con muchas características, que pueden estar recibiendo tratamientos inmunosupresores, por ejemplo, y son mucho más vulnerables, y "como vivimos en sociedad tenemos que garantizar la protección del máximo numero de personas".
Eso sí, preguntamos a la experta por el grupo de menores de edad sobre los que no se recomienda vacunar frente a la COVID-19. Señala en primer lugar que "hoy por hoy" no está recomendada la vacunación en los menores de 5 años por no existir información o estudios científicos suficientes. Tampoco se aconseja en aquellos que tuvieran antecedentes de reacciones de hipersensibilidad a algunos de los componentes de la vacuna, y han sido reacciones muy graves; "en caso de vacunarse, si lo hacen debe ser bajo vigilancia estrecha", apostilla.
CUADRO DE INFECCIÓN MULTISISTÉMICA
Por otro lado, Fortuny subraya que, aunque los niños tienen formas de enfermedad de COVID-19 más leves, o incluso a veces sin clínica o son asintomáticos, es cierto que se ha descrito en la población pediátrica un cuadro de inflamación multisistémica, que recuerda mucho a un cuadro de sepsis o de infección muy grave, y es resultado de una inflamación secundaria a esta infección por SARS-CoV-2, que quizá ha pasado desapercibida muchas veces.
"Este cuadro grave, que se presenta 4-6 semanas tras la infección, puede comprometer la vida del paciente y obliga a ingresar en UCI y a darles todo el soporte que necesita. Por tanto, esta es otra de las razones para vacunar a los niños frente a la COVID-19", agrega la pediatra, al tiempo que recuerda que otra de las razones que debería llevar a la vacunación de los menores es que se han descrito cuadros de COVID persistente en niños, aunque la incidencia es mayor en adolescentes, según los datos actuales.
En último lugar, la coordinadora de la Unidad de Infecciones del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, y responsable del programa de vacunación frente al SARS CoV-2 de los pacientes vulnerables pediátricos, subraya que la vacunación frente a la COVID-19 es una indicación de las autoridades sanitarias que, aunque genere dudas, como otras circunstancias de la vida, cree que en este momento de pandemia "todos estamos obligados a colaborar" y a conseguir esa inmunidad de población tan necesaria para normalizar la vida.
"Los niños se han tenido que ausentar de ver a sus abuelos, de tener vacaciones, han tenido que estar confinados, no han podido ir a la escuela, y quizá solo por esto nos debemos replantear que sería necesario llegar a este objetivo de que toda la población tenga cierta protección frente a la infección y ayudar a impedir que el virus siga circulando y genere variantes menos sensibles a la acción de las vacunas", concluye la doctora Fortuny.