MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Expertos en enfermedad inflamatoria intestinal (EII), reunidos el simposio 'Cambios en la práctica clínica para mejorar el tratamiento de la EII', organizado por AbbVie en el marco del XXV Congreso de la Sociedad Catalana de Digestología, han asegurado que la monitorización, la identificación de factores predictivos, así como la instauración del tratamiento apropiado de forma temprana, son aspectos fundamentales en la evolución del manejo de la EII.
En concreto, en la enfermedad de Crohn, una enfermedad inflamatoria que puede afectar a cualquier parte del tracto gastrointestinal, hay factores predictivos, como los marcadores clínicos o endoscópicos, que tienen una aplicabilidad en la práctica clínica para predecir la progresión de la enfermedad.
De hecho, tal y como se ha puesto de manifiesto, su manejo está evolucionando para ir más allá del control de los síntomas y centrarse en la remisión profunda, con un "nuevo" enfoque de tratamiento, cuyos objetivos últimos son la prevención de la lesión intestinal, la reducción de la discapacidad a largo plazo y el mantenimiento de una buena calidad de vida.
"Debemos valorar el grado de actividad de la enfermedad y la presencia de factores de riesgo desde la primera visita e instaurar el tratamiento adecuado lo antes posible. Para cambiar el curso de la enfermedad, debe instaurarse un tratamiento apropiado de forma temprana, antes de que se produzcan complicaciones. Existe una ventana de oportunidad terapéutica para una intervención temprana que puede prevenir el desarrollo de una lesión intestinal y mejorar la evolución clínica de la enfermedad de Crohn", ha aseverado la gastroenteróloga del Hospital de Sant Joan Despí Moisès Broggi (Barcelona), Mercè Navarro.
PROGRESIÓN DE LA COLITIS ULCEROSA
Respecto a la colitis ulcerosa, una enfermedad progresiva y discapacitante, los expertos han informado de que la progresión adopta seis formas principales: extensión proximal, formación de estenosis, seudopoliposis, dismotilidad, disfunción anorrectal y alteración de la permeabilidad.
Además, hay factores pronósticos, como la edad, las características clínicas o genéticas, que son esenciales a identificar para evitar el riesgo de progresión, siendo la extensión de la enfermedad el principal factor predictivo de su evolución a largo plazo.
"En el caso de los pacientes de CU resulta esencial identificar los factores de mal pronóstico, es decir, de mayor riesgo de progresión de la enfermedad y con mayor posibilidad de sufrir complicaciones. La monitorización farmacológica, el control estricto y el conocimiento del perfil de riesgo para poder intervenir de forma precoz, destacan como las formas más importantes para lograrlo. La remisión histológica sería un objetivo de tratamiento deseable aunque a día de hoy presenta algunas limitaciones para considerarlo en la práctica clínica", ha recalcado el gastroenterólogo del Hospital de Bellvitge de Barcelona, Francisco Rodríguez.
MANIFESTACIONES EXTRAINTESTINALES
Finalmente, los especialistas han recordado que alrededor de entre un 25 por ciento y un 50 por ciento de los pacientes con EII presentarán en algún momento una manifestación extraintestinal (MEI), que puede ocurrir antes o después del diagnóstico, por lo que han aseverado que el control estrecho de la patología y el abordaje integral son "claves" en la evolución y pronóstico del paciente.
Y es que, las MEI afectan significativamente a la calidad de vida de los pacientes con EII. Estas pueden ser articulares, oculares o dermatológicas, y aunque con menos frecuencia, a veces involucran a otros órganos como el hígado, los pulmones o el páncreas.
"Las manifestaciones extraintestinales son bastante frecuentes en pacientes de EII, ello conlleva la necesidad de establecer un abordaje integral, es decir, un consenso entre diversos especialistas en cuanto al seguimiento del paciente y la elección de una estrategia terapéutica. La terapia anti-TNF ha demostrado su eficacia terapéutica en pacientes con EII y una o varias MEIs", ha zanjado la gastroenteróloga del Consorci Sanitari de Terrassa, Marta Piqueras.